Triumph se mantiene firme en su empeño de fabricar motos especiales, con personalidad muy marcada. En su gama aparecen modelos que se podrían denominar ortodoxos conviviendo con otros rebosantes de carácter y que beben de la larga tradición de una marca centenaria. Un planteamiento que se aplica a su última novedad, la Scrambler 1200, que llega en dos versiones enfocadas a un uso polivalente, con vocación todoterreno, un diseño inspirado en los modelos clásicos pero dotadas de la más avanzada tecnología.
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Fue a comienzos de los años cincuenta cuando nacieron las motos de estilo scrambler, que partían de máquinas de carretera para destinarse al campo a través de una serie de modificaciones técnicas que las hacían más capaces fuera del asfalto. Una herencia que se aprecia en la Scrambler 1200 desde el primer golpe de vista, con unas líneas tan inconfundibles como evocadoras. Sobre la misma base, Triumph ha decidido diversificar la oferta en dos variantes bien definidas: la XC es la más polivalente con un compromiso ideal entre carretera y campo, mientras que la XE sigue cumpliendo en el asfalto pero es capaz de afrontar desafíos off road incluso más exigentes que su hermana.
En ambos caso la base mecánica es idéntica. Se trata del motor bicilíndrico habitual en la familia Bonneville, con una cilindrada de 1.200cc, alimentado por inyección electrónica multipunto y que entrega una potencia de 90 CV a 7.400 revoluciones por minuto. El cambio es de seis relaciones, gestionado por un embrague multidisco con sistema antirrebote, mientras que la transmisión a final a la rueda trasera se confía a la tradicional cadena.
En la parte ciclo aparece un bastidor tubular en acero con basculante en aluminio, al que se ancla una horquilla invertida Showa en el tren delantero y dos amortiguadores Ohlins en el trasero, con un recorrido en ambas ruedas de 200 milímetros, que llegan a los 250 milímetros en la versión XE. Las ruedas son de 21 pulgadas la anterior y 17 la posterior, en las que aparecen un doble disco de freno de 320 milímetros en el primer caso y otro simple de 355 en el segundo. Todo para un peso en seco del conjunto de 205 kilos (207 en la XE).
Al margen de estos componentes de calidad contrastada, el equipamiento de la nueva Scrambler 1200 es comparable al de cualquier trail de gran cilindrada, para las que puede ser una alternativa a tener muy en cuenta por determinado tipos de usuarios. Así, en el manillar destaca una instrumentación digital en un panel TFT, desde el que se pueden controlar sistemas como los seis modos de conducción, la desconexión del ABS o la gestión del control de tracción seleccionable en cinco niveles.
Más allá de la electrónica, otros detalles ponen en valor el posicionamiento de alta gama de la Scrambler 1200: iluminación completa por LED, arranque sin llave, control de velocidad de crucero, toma de alimentación USB, puños calefactables (opcionales en la XC), controles retroiluminados, sistema de manejo de cámaras GoPro integrado, navegación a través de Google, conectividad Bluetooth para teléfonos inteligentes…
Todo ello sin olvidar que el catálogo de Triumph ofrecerá, como es habitual en la marca, más de 80 elementos con los que el propietario podrá personalizar su máquina, junto con dos paquetes de inspiración ya preconfigurados: Escape de equipaje para un enfoque viajero y Extreme para los amantes de las sensaciones fuertes fuera de carretera.
Triumph España tiene prevista la llegada de la nueva Scrambler 1200 a sus concesionarios para finales del próximo mes de febrero, con unos precios que aún se encuentran por definir.
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