El Mercedes es el más moderno y aporta una imagen y presencia superiores. Destaca su silueta baja y afilada, que exalta la deportividad con un frontal en cuña, la cintura lateral alta trazada en arco y una zaga musculosa con el portón tumbado y un escape doble. El Volkswagen lleva años evolucionando lo justo, pero sigue al día con esa clase y estilo inconfundibles que le distinguen.
El Audi actualiza la fuerza del frontal con sus faros led, conserva el lateral elegante de trazos limpios y, aunque ha perdido gancho, sigue transmitiendo valores premium. El diseño del BMW explota el morro largo que exige su motor longitudinal y resalta la deportividad con formas macizas y mucha más chapa que cristal. Y es el más sencillo.
El Clase A tiene también el diseño interior más elaborado y repleto de detalles sofisticados, como las salidas de climatización, la pantalla opcional (10,25 pulgadas), el volante o los asientos. Y transmite una calidad superior. Le sigue el Golf, que con la última puesta al día incluye una vistosa pantalla de ocho pulgadas, la instrumentación Digital Cokpit y más detalles que realzan su atractivo. El Audi aporta un estilo original y cuida el volante, los asientos, el pomo del cambio…, pero con un salpicadero sobrio que resta empaque. Y el BMW tiene el diseño más visto y resulta algo anodino para un modelo premium.
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