Las novedades en el mundo del automóvil interesan a los aficionados y a los profesionales del sector, pero hay determinados coches que adquieren relevancia a nivel global, y seguramente el caso más claro sea el del papamóvil.
Con una historia realmente larga e interesante a sus espaldas, el vehículo en el que se desplaza el Sumo Pontífice siempre ha sido objeto de interés, pero de entre todos los modelos que han formado parte del garaje vaticano, posiblemente ninguno sea tan espectacular como el que recibió el pasado mes de noviembre el papa Francisco: un Lamborghini Huracán LP610-4.
El deportivo italiano, una obra de ingeniería en sí, es todavía más especial de lo normal porque, mediante la división de personalización de Lamborghini, Ad Personam, ha sido decorado con los colores de la Ciudad del Vaticano. La carrocería está pintada en Bianco Monocerus y cuenta con numerosas líneas y detalles en Giallo Tiberino. Además, calza unas llamativas llantas negras. El interior presenta una combinación cromática similar, con la tapicería de cuero y ante empleando los tonos blanco y negro, dejando el dorado como elemento de contraste para las costuras.
A nivel mecánico (es un modelo de serie), monta un motor V10 de 5,2 litros que desarrolla 610 CV de potencia y 560 Nm de par máximo, una caja de cambios automática de siete relaciones y tracción integral. Con dicha configuración es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y de alcanzar 325 km/h de velocidad punta.
Por si todo ello fuera poco, el Sumo Pontífice bendijo el Lamborghini en el acto de entrega, lo que sin duda supondrá un valor añadido para todos los que pujen por él cuando salga a subasta el próximo 12 de mayo en Mónaco. RM Sotheby’s, la entidad que organiza el evento, espera que la puja ganadora se encuentre entre los 250.000 y los 350.000 euros.
Todo el dinero que se recaude irá íntegro a causas benéficas: el 70% para la cuidad iraquí de Nineveh, un 10% para la organización Amici per il Centrafrica Onlus, otro 10% para Groupe International Chirurgiens Amis de la Main y el 10% restante para la Asociación Papa Juan XXIII.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.