Hablar de un Ford GT ya tendría que significar por si mismo hacerlo de exclusividad. No obstante, el renacimiento del mito tendrá lugar en forma de únicamente 500 unidades, 250 producidas en 2016 y otras 250 en 2017.
A pesar de ello, la marca del óvalo entiende que cada uno de los 500 afortunados dueños, tras desembolsar una cuantiosa cantidad para hacerse con el deportivo (no hay cifra oficial, se habla de unos 300.000 euros), quiera darle un toque personal extra que haga que el suyo sea único, irrepetible.
Para ponérselo fácil, muchos elementos del nuevo Ford GT son personalizables. Así, la carrocería se puede elegir en ocho colores distintos, se puede optar entre siete tipos de líneas cruzándola o dejarla desnuda, hay disponibles cinco diseños diferentes de llantas y, tras ellas, un detalle de lo más llamativo.
Los frenos carbocerámicos, firmados por Brembo, de serie montan pinzas negras pero el cliente puede optar por otras plateadas, azules, naranjas o rojas. ¿Lo mejor? Que los acabados interiores pueden ir a juego, empleando el mismo tono en el salpicadero y en detalles de la tapicería.
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