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Cuestión de siluetas. El perfil lateral define la línea de cada automóvil, el estilo y el tipo de cliente al que busca convencer. Y es lo que hacen los BMW X4 y Serie 4 Gran Coupé, dos modelos mestizos —crossover en terminología anglosajona— que reúnen soluciones de diferentes tipos de coches para adaptarse mejor a las nuevas generaciones de compradores. Están ya la venta en España —desde 47.900 y 39.900 euros, respectivamente— y más adelante saldrán versiones más asequibles.
Las principales señas de identidad que distinguían a las marcas de prestigio hasta hace poco, aparte de la imagen, eran la variedad mecánica (motores, cambios, tracción) y una interminable lista de opciones. Ahora la exclusividad se resalta ofreciendo más carrocerías, y es lo que está haciendo BMW. Así, los modelos con números impares identifican las siluetas convencionales: Series 1, 3, 5 y 7 para turismos, y X1, X3 y X5 para todoterrenos (3,2 millones de ventas desde 1999). En cambio, los pares agrupan las arquitecturas alternativas, que complementan a las normales. Tras desplegar la gama de todoterrenos impares, la oferta acaba de crecer con la llegada del X4, el X3 de formato deportivo.
El X4 toma como inspiración al X6, derivado del X5 y pionero entre los todoterrenos de línea cupé (250.000 entregas desde 2008). Mide 4,67 metros de longitud, 20 centímetros menos que el X6, y dos más que el X3. Pero estrena una carrocería más baja (3,6 centímetros frente al X3) que marca la diferencia y le sirve para competir con modelos similares como el Porsche Macan.
Lo primero que sobresale en el X4 es el carácter del frontal, que junto a su acusado perfil en cuña y las grandes entradas de aire resaltan su deportividad. El dinamismo se mantiene en el lateral, con el techo en arco y abultados pasos de ruedas, y la zaga, alta y voluminosa, termina de definir un conjunto imponente.
Aparte de rejuvenecer la imagen pesada de los 4×4, el X4 muestra también la receta a aplicar para mejorar la aerodinámica de un todoterreno (Cx: 0.33).
El puesto de conducción es dos centímetros más bajo que en el X3 y hace sentirse en un coche más deportivo. Pero mantiene sus cinco plazas y propone asimismo un maletero de 500 litros que se puede ampliar abatiendo los respaldos, y estos aspectos refuerzan su sentido práctico para cumplir bien como familiar.
La conducción, por su parte, resulta ágil, solida y refinada. Toda la gama incluye tracción 4×4 y cambio automático, y se ofrecen tres versiones con motor diésel: las 30d y 35d, con 258 y 313 CV, y un nuevo 20d de 190 CV que es el único que viene de serie con cambio manual. También hay otras tres de gasolina, los 20i, 28i y 35i, con 184, 245 y 306 CV.
Un cóctel de berlina y cupé
Cuatro puertas, cinco plazas y un portón trasero que facilita la carga del maletero, como en un turismo, pero con la imagen baja y afilada de los deportivos. Este cóctel corresponde al nuevo Serie 4 Gran Coupé, que mezcla soluciones de la berlina Serie 3 y el cupé Serie 4, y es la réplica de BMW al Audi A5 Sportback.
A diferencia de la berlina, que mide lo mismo (4,63 metros de largo), el Gran Coupé presenta una arquitectura más estilizada. Y este aspecto mejora el atractivo de su planta y reduce también el centro de gravedad, acercando su comportamiento al del cupé Serie 4, con quién comparte mecánica y precios. Pero, al mismo tiempo, logra aportar mayor espacio interior, un acceso más fácil a las plazas traseras y un maletero mayor, de 480 litros (35 más).
El Serie 4 Gran Coupé está disponible con tres versiones de gasolina, 420i, 428i y 435i, con potencias de 184, 245 y 306 CV (desde 39.300 euros), y otras dos diésel, las 418d y 420d, que rinden 143 y 184 CV (a partir de 39.900).
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