Llevaba una semana lanzando adelantos de ‘La bestia del infierno verde’ y fue por fin en Goodwood donde la marca alemana presentó el Mercedes AMG GT-R. ¿Ha merecido la pena la espera? Claramente si, esta variante aplica a rajatabla la máxima de “más y mejor”.
El llamativo color verde es lo primero que impacta de su imagen, pero tampoco pasan por alto la parrilla inspirada en el modelo de GT3, el enorme alerón fijo, las llantas forjadas de 20 pulgadas o el agresivo difusor trasero.
Aún así, la estética es lo de menos. El coche no solo parece rápido, los ingenieros han hecho todo lo posible para que lo sea.
En primer lugar, se ha rebajado su peso en 90 kilos para marcar solo 1.554 sobre la báscula. En la parte inferior de la carrocería se ha instalado un sistema de fibra de carbono que, a velocidades de más de 80 km/h, se desplaza hacia abajo 40 mm cambiando el flujo del aire, “pegando” el coche al asfalto y mejorando así su aerodinámica.
Además, el eje trasero también es direccional. Esto significa que las ruedas traseras giran hasta 1,5 grados en función de la situación. Rodando a menos de 100 km/h lo hacen en dirección opuesta a las delanteras para mejorar el radio de giro, mientras que a más de 100 km/h lo hacen en el mismo sentido mejorando la estabilidad.
Y todavía no hemos mencionado el motor del nuevo Mercedes AMG GT-R. Es el mismo bloque 4.0 V8 biturbo de las versiones inferiores, pero potenciado hasta los 585 CV y los 700 Nm de par. Va asociado a una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones que envía toda la fuerza al eje trasero.
Así, acelera de 0 a 100 en 3,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 318 km/h.
Llegará a Europa en marzo de 2017.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.