La era nostálgica que atraviesa el mundo moderno se ha traducido, dentro del mundo de la automoción, en una oleada de ‘restomods’ que toman coches clásicos e icónicos, y los renueva para llevarlos a un nuevo nivel. El último en sumarse a esta tendencia ha sido el Jaguar XJS, al que la marca británica Tom Walkinshaw Racing ha convertido en el TWR Supercat.
Aunque es fácil ver la base del modelo inglés, se siente como una versión de corte más deportivo del mismo. Cuenta con un kit de carrocería específico que ensancha de manera notable los pasos de rueda, éstos alojan llantas de 18 y 19 pulgadas, el capó presenta varias salidas de aire y la zaga integra un llamativo alerón.
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El habitáculo presenta todavía más cambios, si cabe. De una configuración de 2 + 2 plazas se ha pasado a un formato biplaza y, aunque se ha mantenido su aroma vintage, se ha modernizado considerablemente.
En el salpicadero cuenta ahora con un cuadro de instrumentos digital y con una pantalla central, las ruedas de control disponen de iluminación, la palanca de la caja de cambios está hecha de aluminio, el cuero es omnipresente y los asientos son deportivos.
El motor del TWR Supercat
Aunque renacimientos recientes han optado por dar el salto a los motores eléctricos (véase el Renault 5, por ejemplo), el Supercat es un modelo de la vieja escuela.
Conserva el motor original del Jaguar, un 5.3 V12, aunque ha sido considerablemente modificado para aumentar su cilindrada a 5,6 litros y ha incorporado sobrealimentación, logrando una potencia total de 669 CV y un par máximo de 730 Nm.
El bloque se combina con una caja de cambios manual de seis relaciones y con un sistema de tracción trasera con diferencial de deslizamiento limitado. La compañía no ha desvelado sus prestaciones.
El TWR Supercat será un modelo de tirada limitada, con una producción prevista de 88 unidades, cada una con un precio base de 225.000 libras esterlinas, a las que hay que sumar el hecho de que el Jaguar XJS lo tiene que aportar el cliente.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.