Es habitual que los preparadores ofrezcan kits para personalizar coches de diversa índole, pero cuanto más caro y exclusivo es el modelo en cuestión, menos común es esta práctica. Los compradores se limitan a configurar a su gusto el vehículo dentro de las opciones que marca el fabricante, asegurándose así además que el valor del mismo (que en muchas ocasiones es una inversión) se mantenga lo más alto posible.
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Sin embargo, hay excepciones. Un claro ejemplo es el trabajo que Mansory ha llevado a cabo sobre el Bugatti Chiron, uno de los automóviles más caros a la venta en la actualidad con un precio de 2,4 millones de euros.
Sin embargo, la cifra parece incluso contenida después de pasar por las manos de este prestigioso preparador, ya que el resultado final, que se ha denominado como Bugatti Chiron Centuria, está disponible por un montante total de 4,25 millones de euros, lo que supone prácticamente duplicar el coste de serie.
Lo más llamativo es que este precio no incluye ningún tipo de modificación mecánica, más allá del nuevo sistema de escape, con cuatro salidas unidas entre sí formando un óvalo; siendo el trabajo exclusivamente estético, tanto en el exterior como en el interior.
La carrocería del Bugatti recibe numerosas piezas de fibra de carbono forjada, reemplazando los paneles del capó, la entrada de aire central frontal, los paragolpes, los faldones laterales y el difusor trasero. Incluso las llantas, de gran tamaño y diseño específico, utilizan el mismo material. Eso sí, el preparador no ha informado sobre si aportan una mejor refrigeración al motor o si optimizan su aerodinámica, por lo que son meramente estéticas.
En el habitáculo ha optado por tapizar todo (asientos, volante, salpicadero, techo, puertas,) en Alcántara bitono, utilizando un color azul oscuro y otro celeste que resalta como contraste.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.