Bugatti hace sus coches a lo grande, incluso en los más pequeños. Valga como ejemplo el sistema de aire acondicionado que emplea el Chiron y que, debido a las características del vehículo, es bastante especial y mucho más potente de lo habitual en automóviles convencionales.
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Julia Lemke, ingeniera de la firma, explica que “en coches normales el aire llega al interior por el extremo inferior del parabrisas, pero en un Bugatti esto solo ocurre hasta los 250 km/h”. A partir de ese punto se crea una presión negativa que impide el flujo del aire, por lo que la compañía ha desarrollado un sofisticado sistema que cuenta con un flap direccional y con un ventilador optimizado, garantizando que el aire continúe entrando en la cabina.
No es el único problema al que se enfrenta quien esté dentro del habitáculo y es que, debido a lo plano que es el parabrisas, tiene una superficie de 1,31 metros cuadrados, prácticamente el doble que el de un coche compacto medio, lo que hace que el interior suba de temperatura con mucha más rapidez.
Por todo ello, el sistema de aire acondicionado del Bugatti Chiron tiene que ser especialmente potente. Está formado por un compresor de aire y por dos condensadores, así como por 9,5 metros de conductos para la ventilación. Su capacidad de refrigeración es tal que sería capaz de refrigerar un piso de hasta 80 metros cuadrados.
Sin embargo, incluso con su potencia, otro aspecto que se tiene muy en cuenta es el hecho de que actúe de manera rápida y silenciosa, puesto que es la única manera para que no moleste a los ocupantes.
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