Michael Knight llamaba a KITT, su automóvil en la serie El coche fantástico, de la década de los años ochenta, utilizando el reloj; en la película Minority Report, de 2002, Tom Cruise movía las manos para manejar a distancia, sin contacto físico, la información que aparecía en varias pantallas digitales. Y en varias entregas cinematográficas de James Bond, el agente 007 disponía de neumáticos a los que les salían clavos o cualquier cosa que necesitara su coche para adaptarse al terreno.
En la actualidad, todos estos avances, que en su momento sorprendieron a los espectadores, están en proceso de investigación en los laboratorios de las marcas de coches para superar las fronteras de la ficción científica y llegar a la calle, aproximadamente hacia 2020. Y es que el progreso de la tecnología, y en especial de la electrónica, materiales y conectividad, permiten hacer realidad casi cualquier sueño de la ingeniería. El control gestual, al estilo de Minority Report, es una de las alternativas estrella para que el conductor pueda manejar, con el menor riesgo de pérdida de atención a la carretera, el creciente torrente de datos y funciones que acompaña a los coches actuales. Los puntos luminiscentes de los relojes pueden tener su aplicación práctica en la iluminación de las carreteras, mientras que con un reloj inteligente se podrá imitar a Michael Knight y mandar el coche a aparcar. Los neumáticos tampoco se quedan atrás, y el fabricante Goodyear experimenta con unas ruedas capaces de cambiar de forma para ganar adherencia y seguridad.
Control por gestos
«Los dos inventos del Siglo [XXI], el coche y el ordenador, están convergiendo gradualmente». Esta frase de Martin Winterkorn, consejero delegado del grupo VW, plantea desafíos sobre la capacidad del conductor para manejar y digerir la creciente avalancha de funciones que incluyen los coches actuales: Internet, aplicaciones, teléfono, navegador, música, ajustes mecánicos y de confort, seguridad…
Si en la actualidad se han eliminado decenas de botones para dar paso a pantallas táctiles que funcionan como centro de mando, el siguiente paso será el control gestual, sin contacto físico: un simple movimiento de mano, como un dibujo en el aire, permitirá ajustar el asiento, hacer una llamada o abrir el techo. Audi, BMW, Mercedes y VW entre otras marcas, esperan ofrecerlo antes de 2020.
Brillo de noche
Una pintura especial recoge la radiación solar diurna y la utiliza para resplandecer cuando se hace de noche. El principio es el mismo de los puntos luminiscentes de los relojes, y puede brillar hasta ocho horas seguidas. Nissan acaba de presentar un Leaf con esta pintura que se ilumina en la oscuridad, aunque lo más probable es que la innovación se aplique antes en las carreteras que en los automóviles.
El prototipo ha rodado ya por una autopista holandesa, la N329, la primera del mundo en incorporar esta solución. En un tramo de 600 metros se han sustituido las líneas blancas convencionales por las nuevas con cobertura brillante y, según Daan Roosegaarde, responsable del proyecto, el cambio «ayuda a los conductores a guiarse en la oscuridad y ahorra energía», porque la pintura no consume electricidad.
Aparcamiento remoto
Adiós al engorro de las maniobras de estacionamiento. Varios fabricantes están ultimando la función de aparcamiento remoto, que permitirá bajarse del coche y ordenar al vehículo que estacione por si solo. Esta solución, que ahorra tiempo y refuerza la comodidad, será una de las primeras aplicaciones de la conducción autónoma, junto al piloto automático para autopista, y podría llegar a finales de esta década.
Utilizando tabletas, móviles e incluso relojes, el conductor le dirá al coche que vaya a aparcar o venga a recogerle, casi como en las películas. Los primeros sistemas podrán llevar y sacar el vehículo del garaje de una vivienda unifamiliar y, más adelante, incluso de aparcamientos más complejos, sean públicos o de comunidades. Volvo y las marcas alemanas de prestigio lideran esta particular carrera.
Neumáticos superdotados
Las ruedas pueden hacer algo más que rodar. Es lo que piensan los ingenieros de Goodyear, que trabajan con dos prototipos de neumáticos futuristas. El primero se llama BH03 y produce electricidad. Lo puede hacer en parado, captando la radiación solar, o en movimiento, transformando en electricidad las deformaciones que sufre la cubierta al circular. La energía generada alimenta la batería y podría servir para elevar la autonomía de los coches eléctricos.
El segundo prototipo, denominado TripleTube, incluye unas cámaras de aire que se pueden inflar y desinflar para cambiar la forma de la banda de rodadura y lograr un agarre extra en curva o reducir el riesgo de aquaplaning. Al igual que el BH03, los dos están aún en fase de I+D y no se sabe si acabarán llegando a la calle.
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