Opel llegó a la última edición del Salón de Ginebra con una mano ganadora. Presentó allí su ultimo concept car: el Opel GT Concept. Se llevó la atención de público y prensa, además del premio “Mejor Concept Car del Salón”. No es para menos, el Opel GT Concept es una gran apuesta de la marca por la innovación, innovación que en esta ocasión va de la mano con la conducción deportiva. Al igual que hizo su antecesor, el Opel GT Experimental en 1965, en 2016 ha sido este nuevo prototipo el que ha abierto la puerta a un nuevo mundo de posibilidades.
El objetivo de este proyecto estuvo claro desde el principio: un deportivo de líneas puras y una nueva forma de interacción entre conductor y vehículo. El diseño, tanto interior como exterior, ha seguido al pie de la letra la filosofía “menos es más” que defendió Mies van der Rohe. Según explican los diseñadores del proyecto, cualquier elemento que no sea puramente necesario ha sido eliminado. De esta manera se crean superficies y líneas limpias y elegantes, que recorren todo el vehículo. La frontera entre exterior e interior se desdibuja gracias a la amplia visibilidad en el habitáculo y al hecho de fundir las formas minimalistas a través de unas puertas con un diseño muy estudiado.
Llama la atención el reducido tamaño del modelo (muy similar al Smart Roadster/Coupé), resultado de buscar la esencia más pura de un vehículo deportivo. De esta manera ligereza y agilidad están aseguradas, llegando a anunciar desde Opel menos de una tonelada de peso para el conjunto.
Monta un motor tricilíndrico 1.0 de 145 CV y 205 Nm de par. La potencia llega a las ruedas traseras a través de una caja de cambios secuencial de seis velocidades con levas en el volante. El downsizing de los motores es una realidad imprescindible para reducir las emisiones. Siempre es positivo que las marcas se involucren en la lucha contra la contaminación, más incluso con proyectos de este carácter tan deportivo.
El interior de Opel GT Concept es una muestra de la tecnología que está aún por llegar. Destaca la pureza de las formas, al igual que en la carrocería. No hay botones, solo unas pantallas que informan al conductor con todo lo necesario. Para interactuar con el vehículo se habla con él, dispone de un revolucionario sistema de inteligencia artificial que es capaz de aprender sobre los gustos del conductor. Así, puede saber si preferimos tomar una ruta corta para llegar a nuestro destino o si preferimos una más revirada en la que divertirnos al volante. Se trata de un compañero de viaje virtual, un copiloto. Alejándose de la imagen de máquina, la idea de este sistema se equipara a viajar con un amigo en el coche. Como señalan los desarrolladores del sistema, es la evolución natural de la solución OnStar que la marca ofrece en su gama actual.
Es una triste noticia para los aficionados al motor que proyectos como el Opel GT Concept estén destinados a terminar en un museo en lugar de en la carretera. Incluso así, resulta gratificante que las marcas y los diseñadores se esfuercen por mantener los valores clásicos de la conducción, a la vez que se integran nuevas tecnologías e ingeniosas soluciones.
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