Los frenos de disco fueron una de las primeras innovaciones tecnológicas que pasaron de los vehículos de competición y la Fórmula 1 a los utilitarios. Después lo hicieron los metales ligeros como el aluminio o los cambios de marcha a través de mandos en el volante. Cientos de objetos de nuestra vida diaria se han beneficiado de los avances en coches de alta competición. La fibra de carbono, uno de los materiales con los que se construye la carrocería de los bólidos, es el elemento clave en el que Mike Spindle, ex ingeniero de Fórmula 1, ha basado su revolucionaria silla de ruedas todoterreno. En el año 2000 decidió aplicar esa tecnología de última generación en algún objeto de la vida cotidiana. “Constatamos que, de forma inquietante, la silla de ruedas no había evolucionado en los últimos 50 años. Seguía construida en torno a un armazón de tubos metálicos”, explica en la página web de su compañía trekinetic.com.
Junto a su equipo se puso en marcha para averiguar de qué manera podía mejorar el diseño de la silla tradicional. Encontraron la solución en la fibra de carbono. Con este material sintético se hacía posible la fabricación de un asiento monopieza resistente y ligero, fácil de ensamblar con el resto del equipo. Además, esta estructura se adaptada mejor a la forma del cuerpo humano “para hacer más grata la experiencia al usuario”.
A diferencia de las sillas corrientes, la de Trekinetic cuenta con una pequeña rueda trasera y dos grandes por delante ligeramente inclinadas: “Descubrimos que, gracias a estas ruedas delanteras, podía transitar por superficies desniveladas con facilidad”. Al ocupar más espacio, atravesar puertas estrechas se podían convertir en un problema. Por eso crearon un mecanismo que regula la inclinación de las ruedas en cuestión de 15 segundos para ocupar menos espacio. En las bajadas también se pone a prueba esta tecnología. Un sistema de palancas en las ruedas delanteras permite controlar la velocidad en el descenso. El asiento se reclina hacia atrás para evitar la sensación de resbalarse fuera de él.
Esta silla todoterreno ha facilitado la movilidad a Mikel Bidaurre, navarro de 30 años y campeón de España de Vela, tanto en la ciudad como en plena naturaleza. “Se agradece que lo que han invertido los equipos de Fórmula 1 en I+D se vea trasladado a otras historias”, afirma. En 2008 sufrió un accidente de circulación mientras participaba en el Gran Premio Miguel Induráin. Desde entonces necesita una silla de ruedas para trasladarse. Una desventaja que no le ha impedido esquiar, bucear o lanzarse en parapente.
La silla de Trekinetic no es la única invención que se vale de los avances en tecnología de la Fórmula 1. Nuevas incubadoras móviles para bebés más ligeras o amortiguadores hidráulicos para limitar el rebote en superficies irregulares son otras de las contribuciones que la categoría reina del automovilismo ha hecho al mundo.
Esta noticia, patrocinada por Banco Santander, ha sido elaborada por un colaborador de El País.
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