El siguiente vídeo ilustra la sorpresa con la que se encontró un mecánico en Brasil. Escuchó un sonido extraño dentro del coche, por lo que sacó la radio del vehículo para averiguar el origen. Y no fue suficiente: terminó desmontando gran parte del panel y hasta la guantera, y finalmente la gran duda fue develada.
“Yo solo quería ajustar el sonido, pero gané un gato DJ en el panel”, dicen en la tierna publicación viral de la cuenta Instagram de un taller de coches. Efectivamente, en el interior encontró un pequeño gato (de solo meses de vida) evidentemente asustado.
Los gatos, el frío y los coches
Si bien en Brasil el calor abunda en esta época, no ocurre igual en España. Ahora que arrecia el frío, la cuenta de Twitter de la Policía recuerda periódicamente a los conductores un sencillo truco propio del invierno: “En días de frío, los gatos se refugian al calor del motor de los coches. Antes de arrancar, unos golpes en el capó pueden salvarles la vida”.
El tuit está dirigido a todos aquellos que aparcan su vehículo en la calle, ya sea por la noche habitualmente o durante el día de manera circunstancial.
En esta época del año, los gatos callejeros se refugian en los coches para evitar el agua y las bajas temperaturas, aprovechando el calor que desprenden los vehículos después de haber estado en marcha, así como los numerosos recovecos repartidos por el automóvil, principalmente bajó el capó y sobre los neumáticos. Y cuando el coche se pone en marcha pueden resultar aplastados por las ruedas o atrapados por el motor. La circunstancia no es tan extraña y los resultados son fatales siempre.
Averías: otro costoso riesgo
También lo recuerda la Guardia Civil: “¿Has visto que con el frío y la lluvia los gatos callejeros a veces se refugian en los coches? Mira antes de arrancar… con unos golpecitos puedes salvarles la vida”, dice el tuit.
Si esto sucede y el conductor no hace nada para evitarlo, cuando ponga en marcha el vehículo el problema podría no ser solo para el gato: precisamente, el mecanismo del motor puede atascarse por completo al atrapar al animal: no son pocos los casos en los que la correa de distribución se rompe o los cilindros quedan desencajados. La avería puede traducirse en miles de euros.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram