El Gobierno chino tenía en manos un proyecto en Hunan, pero un anciano llamado Huang Ping no estaba de acuerdo y ahora se arrepiente de su decisión. Este hombre rechazó una suculenta oferta que implicaba 1,6 millones de yuanes (unos 190.000 euros al cambio actual) y tres propiedades para que se mudara. Sin embargo, dijo que no por si llegaba algo mejor.
Ante la negativa del hombre, el Gobierno comenzó a construir la autopista alrededor de su casa dejándola en medio de una calle concurrida. Ahora, el hombre ha confesado que se arrepiente de no haber aceptado debido al ruido ensordecedor de las obras y los coches. El anciano vive con su mujer y su nieto y la manera que tienen de acceder a su hogar es a través de una tubería de agua.
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