Si un conductor aparca en un lugar que no debe se expone a varias cosas: que inmovilicen su coche, que se lo lleven y que, además, le multen. Un comerciante de San Lorenzo (Argentina) se encontró con esta situación. Y es que la rueda de su coche tenía un cepo puesto. Sin embargo, nada de esto le importó y acabó yéndose con el coche tal como estaba.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram