Un niño de 10 años se venga de un castigo robando el coche a sus padres: casi ocurrió lo peor y todo quedó grabado

El pequeño cogió el automóvil de sus padres y lo condujo junto a un amigo que iba de copiloto. El fin al es desastroso, aunque podría haber terminado fatal.

niño roba coche

No hubo víctimas fatales ni tampoco heridos. Algo que fácilmente podría haber ocurrido tras la travesura de un niño de 10 años, que fue castigado por sus padres y, en venganza, hizo lo que se ve en las imágenes. El reproche al menor salió bastante caro, pero podría haber terminado mucho peor.

El hecho ocurrió en Argentina, cuando este pequeño se quedó sin móvil como reprimenda. ¿La venganza? Difícil de imaginar.

El robo del coche

El menor robó el coche a sus padres y lo condujo. Cogió velocidad y terminó estampado contra un poste de luz. Todo el suceso lo grabó un amigo de edad similar que iba de copiloto.

“En las imágenes se puede observar al menor conduciendo a alta velocidad por la calle y realizando maniobras peligrosas”, describe el texto del vídeo.

Como se mencionó anteriormente, no hubo víctimas y solo fue el coche el que sufrió las graves consecuencias. El vídeo rápidamente se ha hecho viral y, aunque no se sabe dónde ocurrió todo, la cuenta de Instagram pertenece a una zona de Buenos Aires.

Imagen: Instagram @tejedorautomotores

Venganza: los niños al volante

El año pasado sucedió un caso similar. Podría ser perfectamente una historia de película, pero pasó en la vida real en Estados Unidos. Todo comenzó con el ‘castigo’ de una madre a sus dos hijos, de 10 y 11 años, a quienes le prohibieron el uso de dispositivos electrónicos por usarlos indebidamente.

La historia seguía con el robo de un coche. “El vehículo fue denunciado como robado en North Port, Florida, lo que provocó que los agentes realizaran una parada de tráfico de alto riesgo”, dijo la Policía de Florida, Estados Unidos.

A la hora de detener el coche, los agentes localizaron un sedán blanco. La sorpresa fue cuando en el interior del coche, los agentes se encontraron con dos niños: el conductor tenía 10 años, y su hermana, la copiloto, 11.

Para más sorpresas, la familia había denunciado la desaparición de los hermanos en el Departamento de Policía de North Port. ¿Entonces? Quienes habían robado el vehículo eran los hijos de la dueña del coche: se habían llevado el automóvil de su propia madre.

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