El Batman de los concesionarios: ¿quién es este misterioso ejemplo del sueño americano?

En el mundo de la automoción se mueve mucho dinero. No hablamos de industria, hablamos de aquellos personajes famosos con carísimos coches, de multimillonarios con colecciones increíbles y de empresarios con negocios muy fructíferos.

Entre estos personajes, hay uno que levanta cierto misterio. No por su fortuna (que esa, más bien, da envidia), si no por su identidad y trayectoria. Y es que este billonario guarda con recelo lo que sucede en su vida, contribuyendo a generar aún más curiosidad.

Terry Taylor es el magnate de los concesionarios de Estados Unidos. Forbes cifra su fortuna en 1,9 billones de dólares (traducido a euros, más de 1.700 millones) y lo posiciona como la persona número 1.787 en la lista de las más ricas del mundo.

¿De dónde sale su fortuna? Pues de la propiedad de más de 120 concesionarios repartidos por todos los Estados Unidos, que gestiona a través de su emrpesa Automotive Management Services Inc. Es más, el número concreto de concesionarios que gestiona no se conoce.

Actualmente tiene 73 años y Forbes lo considera un self made billionare, es decir, un multimillonario hecho así mismo y no por herencia. Vaya, es el puro ejemplo del sueño americano.

Terry Taylor entró en el mundo de los concesionarios gracias a su padre. Este tenía un establecimiento de compraventa de coches Ford usados en Daytona Beach, Florida, donde Taylor hijo empezó a trabajar al entrar en la veintena.

Terry Taylor y su modelo de negocio

A finales de la década de los 80, el negocio de Terry Taylor vivió su momento de expansión. A lo largo de los 90, siguió adquiriendo concesionarios y cambiando el modelo de gestión. En cada establecimiento que compraba, mantenía al director en el puesto ofreciéndole acciones de la empresa, sin perder nunca la mayoría de ellas.

El año 2000 supuso un cambio de rumbo: Taylor empezó a enfocarse en las marcas de lujo. Mercedes, Lexus y Porsche pasaron a formar una parte importante de su catálogo. Durante la crisis del 2010, diversificó los servicios de sus concesionarios para superar el bache económico, al mismo tiempo que aprovechó para adquirir a muy buen precios otros establecimientos.

En las últimas (e inusuales) declaraciones que Terry Taylor hizo a la prensa (en concreto, a Forbes EE.UU.), recalcó, que conforme su negocio ganaba visibilidad, más celaba de su imagen en público. De hecho, pocas personas fuera de su círculo lo han visto, de ahí que se haya ganado el sobrenombre de Batman.