La Policía Federal de Flensburg (Alemania) comenzó el martes con un curioso incidente. Una patrulla detectó un Opel Meriva que, sobre las ocho de la mañana, circulaba hacia el norte por la A7.
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El vehículo les pareció sospechoso porque su matrícula trasera era especialmente llamativa: estaba, claramente, pintada a mano. La delantera era una placa auténtica, mientras que la de la zaga la replicaba con rotulador.
En un principio, los agentes asumieron que la persona que iba al volante había perdido la original y que, sobre la marcha, había encontrado una solución temporal antes de conseguir una nueva. Sus posteriores investigaciones revelaron una historia diferente y un tanto surrealista.
Sucesión de infracciones
La conductora, de 32 años, declaró que acababa de comprar el vehículo y que aún no le había dado tiempo a reponer la trasera: la había pintado a mano para poder circular con ella. En realidad, las placas pertenecían a un Fiat Panda y habían sido denunciadas como robadas a principios de julio.
Al uso indebido de la matrícula, se sumaron más infracciones: el seguro del vehículo había caducado en junio de 2023. Los agentes llamaron a una patrulla para que realizaran la prueba de alcoholemia a la conductora: dio positivo. Al menos, su carnet de conducir era válido, aunque, de momento, no podrá circular con el Opel Meriva porque fue incautado por la policía.
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