Las nuevas CB 500 de Honda llegarán a los concesionarios en diciembre con un comportamiento y unas prestaciones superiores. Los tres modelos de la familia (F, R y X), con precios estimados de entre 6.500 y 7.000 euros, mejoran, sobre todo, las suspensiones y la eficacia de los frenos. Las tres se quedan en 47 CV de potencia, el límite para poder conducirlas con el carnet A2, pero admitirían incluso 20 CV más y su comportamiento seguiría siendo excelente.
La gama completa se pudo probar en la emblemática y espectacular ruta escocesa North Coast 500, casi circular y de unos 805 kilómetros (500 millas) de itinerario. Un recorrido de referencia para los motoristas británicos. Partiendo de la ciudad de Inverness, desde los primeros compases de marcha se notaron claramente las mejoras incorporadas en el tren delantero de la gama Honda CB 500.
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La suspensión es completamente nueva en los tres modelos. La F y la R comparten una nueva horquilla telescópica invertida de Showa, con barras de 41 milímetros de diámetro y 120 milímetros de recorrido. Y en los frenos también se aprecia un enorme avance cualitativo, ya que ahora incorporan un doble disco delantero lobulado (se refrigeran mejor que los tradicionales) de 296 milímetros de diámetro, mordidos por pinzas Nissin de cuatro pistones y anclaje radial que trabajan muy; son potentes y al mismo tiempo proporcionan una modulación y un tacto excelente en cada frenada. Durante 294 kilómetros de carreteras tortuosas y estrechas, pero con buen asfalto, el comportamiento de la Honda CB 500 F fue sobresaliente antes de la llegada al pueblecito marinero de Tongue.
La segunda jornada de la ruta, a lomos de la Honda CB 500 R, fue un recorrido serpenteante por las Tierras Altas de Escocia hasta Gairloch, entre valles, montañas y lagos. Estéticamente, la Honda CBR 500 R ha mejorado su aspecto, con unas líneas más afiladas y unos discretos apéndices aerodinámicos inferiores que incrementan su aspecto deportivo. Su carenado protege del viento mejor de lo esperado.
La parte ciclista es la misma que la de la F, con llantas más ligeras que las del modelo precedente. El basculante también pesa un kilo menos y además ofrece mayor flexibilidad lateral (un 18% más) para que se adapte mejor a las irregularidades del terreno en plena inclinación, sin perder por ello su buen aplomo en línea recta cuando se abre el gas a fondo.
Al igual que en la F, el asiento de la Honda CB 500 R está a 785 milímetros del suelo y las estriberas se encuentran en la misma posición, pero el manillar se sitúa 64 milímetros más abajo y 51 milímetros más adelantado. La postura carga más el peso en el tren anterior y la moto transmite muy bien lo que pasa en la rueda delantera, pero no resulta forzada o radical. Su manejabilidad es muy buena (sin llegar al nivel de la F, con el manillar más ancho y alto) y su estabilidad y precisión convencen plenamente. Frena muy bien y transmite confianza, por lo que es una deportiva muy amigable.
Por otra parte, la potencia es la misma en los tres modelos, pero en la R el mapa electrónico es diferente, con un poquito más de alegría para subir de vueltas en el final de la escala, aunque las diferencias apenas se notan.
La Honda CB 500 X es la más diferente de las tres hermanas, y así se apreció en la tercera jornada de viaje, unos 257 kilómetros desde Gairloch a Inverness bordeando el lago Ness. El asiento está más alto (a 830 milímetros del suelo), el manillar también está más alto y más cerca del piloto, y las estriberas se sitúan algo más abajo y más adelantadas, lo que permite pilotar de forma más natural de pie sobre ellas.
La llanta delantera es de 19 pulgadas, que le proporciona mejores aptitudes fuera del asfalto y las suspensiones tienen más recorrido. La horquilla delantera también es una Showa invertida con barras de 41 milímetros de diámetro, pero con 150 milímetros de recorrido. Los frenos llevan los mismos discos lobulados de 296 milímetros que sus hermanas, pero las pinzas son unas Nissin de solo dos pistones y de anclaje axial no radial, más adecuadas para el uso turístico o de aventura que se le puede presumir a este modelo.
Por su altura y su postura de conducción, permite hacer muchos kilómetros sin cansancio. Su comportamiento en zonas viradas a ritmos elevados no está a la altura del de sus hermanas, pero resulta superior si el firme está roto o bastante rizado. La Honda CB 500 X es la más cómoda de la familia, la que mejor protege y la que mejor admite pasajero y equipaje.