Raro es aquel que no ha ido alguna vez a montar en kart con los amigos, de hecho es habitual ver a los más pequeños conduciendo en las pistas. Es divertido y la experiencia más asequible que se asemeje en algo a una competición de motor. Sin embargo, hay que tener cuidado y tratarlos con respeto, ya que puede haber accidentes de todo tipo… y más aún cuando se habla de carreras profesionales
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