La marca china NIO ha desarrollado estaciones de cambio de baterías muy productivas para conseguir tiempos parecidos a los empleados en el repostaje de los modelos de combustión. Y es que, aunque la recarga de los coches eléctricos ha avanzado mucho en los últimos años, la única vía para conseguir tiempos parecidos es la del intercambio de baterías, mucho más común en el sector de las motocicletas.
La premisa que sigue el fabricante asiático es la siguiente: dado que cargar baterías de coches eléctricos resulta todavía bastante lento, lo ideal es reemplazar rápidamente la que está sin energía por una que esté cargada.
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Para ello, el conductor debe acercar el vehículo a la Power Swap Station 2.0, que es como se llama, y elegir que el coche se aparque dentro de manera autónoma.
Una vez parado, un sistema de raíles en las ruedas mueve el automóvil para situarlo en la posición óptima para la operación. Del suelo surge una plataforma que desatornilla la batería de los bajos, la saca y se la lleva, y coloca después una nueva y cargada. La estación puede almacenar hasta 13 y llevar a cabo hasta 312 cambios al día.