Un aficionado de Lunel (Francia) ha construido un coche de carreras llamado Golgoth I aprovechando el depósito de combustible que los aviones portan bajo las alas. Además, su carrocería proviene del avión militar Mirage IV, un cazabombardero estratégico francés.
Se trata de una moda que surgió en Estados Unidos cuando acabó la Segunda Guerra Mundial y algunos pilotos aficionados al automovilismo construyeron bólidos con los depósitos del material sobrante de la Fuerza Aérea, llamados Belly Tank. Ahora, el arquitecto francés Thibault Lagardère ha hecho lo propio con un depósito de Mirage IV al que ha acoplado un motor de camión, proveniente de un vehículo militar.
Tras un año de trabajo, su bólido participará en la final del concurso estadounidense Hot Wheels Legends. También se ha inscrito para participar en la carrera Normandy Beach Race, que se celebra en la playa francesa de Ouistream (Normandía).