¿Por qué cuerpos de policía de todo el mundo rechazan los vehículos patrulla eléctricos?

La policía de diferentes países está poniendo pegas a la adopción de vehículos eléctricos como coches patrulla.

Coche eléctrico policía Alemania
Coche eléctrico de la policía alemana. | Getty Images

La adopción de vehículos eléctricos en las fuerzas policiales ha sido un tema de debate en los últimos años. A pesar de las ventajas ambientales y económicas que ofrecen, muchos cuerpos policiales se muestran reticentes. Una de las principales razones es la autonomía limitada de las baterías, especialmente en situaciones de alta demanda como las persecuciones, lo que podría comprometer la seguridad de los agentes y la eficacia de las operaciones. Además, la infraestructura de carga aún no está lo suficientemente desarrollada para satisfacer las necesidades.

Otro factor que influye en la decisión de los cuerpos policiales en adoptar los vehículos eléctricos, es el tiempo de las recargas. Comparado con los motores de combustión interna, se necesita cuatro veces más tiempo (sobre los 20 minutos) para recargar un vehículo eléctrico hasta el 80% en estaciones de carga rápida, de hasta 300 kW. 

No obstante, la tecnología de los vehículos eléctricos avanza a un ritmo acelerado, y es probable que en un futuro cercano se superen muchas de las limitaciones actuales. Las nuevas baterías ofrecen mayor densidad energética y tiempos de carga más rápidos, mientras que los motores eléctricos son cada vez más potentes y eficientes. Además, la sostenibilidad y el fin de los motores de combustión están obligando a las instituciones a acelerar la adopción de vehículos eléctricos para las fuerzas policiales.

La policía de California contra Tesla

El último cuerpo policial en mostrar su malestar contra los automóviles eléctricos son los patrulleros de California (Estados Unidos). Varios departamentos de la policía californiana consideran que el Tesla Model 3 no está preparado como vehículo idóneo para las fuerzas del orden. Sus jefes les apoyan y explican que el limitado espacio para los pasajeros del Tesla y su complicada tecnología son grandes obstáculos para su uso como coches patrulla.

El jefe del Departamento de Policía de la ciudad de Ukiah, Cedric Crook, se quejó de que son caros de equipar, difíciles de cargar debido a la falta de infraestructura y que no son lo suficientemente grandes. En lugar de ser lo suficientemente espacioso para dos prisioneros, solo pueden moverse de uno en uno en un Model 3. 

Además, otros cuerpos policiales californianos se han quejado de que estos coches, al contar con una distancia libre al suelo muy pequeña, ya que en el suelo es donde se montan todas las baterías, no pueden saltar bordillos o salirse de la carretera tan fácilmente como lo hacen en otros coches. 

Oficial en persecución

Uno de los primeros cuerpos policiales que se enfrentó a la falta de autonomía de los vehículos eléctricos fue el departamento de policía de Freemont (California). Uno de sus agentes inició la persecución de un automóvil que había cometido un delito. Durante el seguimiento se llegó a alcanzar velocidades de más de 190 km/h. En un momento dado se escuchó por radio: “Tengo menos de 10 kilómetros de batería en el Tesla, así que podría perderlo en un segundo”. “¿Alguien más podría maniobrar para tratar de alcanzar al sospechoso?”

Poco después la persecución se suspendió. El oficial Jesse Hartman volvió a comunicarse por la radio. “Voy a intentar encontrar una estación de carga para el Tesla y así regresar a la base”.

Sin cargadores donde enchufarlos

En Europa, hace unos años, la policía de Albania compró una partida de Volkswagen e-Golf, el modelo 100% eléctrico del superventas de la firma alemana, para incorporarlos a su flota. Más allá de algún punto de recarga que tienen las propias comisarias, la infraestructura en aquellos momentos era inexistente en tierras albanesas, por lo que en caso de necesitar tener que enchufarlos para continuar con sus labores policiales (como sucedió con el Tesla de la noticia anterior) no podían.

No hay batería

En España también se han vivido situaciones parecidas a las de Freemont (California). En concreto, hace un par de años, la Policía Foral de Navarra, que ya contaba con casi un 20% de vehículos 100% eléctricos en su parque, también denunció la falta de autonomía de estos vehículos. Varios policías denunciaron que, a mitad de servicio, los nuevos coches sin emisiones se quedaban sin batería. En algunos casos, no pudieron llegar al punto de la emergencia por no tener energía en sus baterías, con lo que esto suponía.

325 kilómetros reales

Por su parte, la Guardia Civil también ha denunciado la incorporación de vehículos eléctricos, tanto coches como motos, para la realización de sus servicios. La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha denunciado, respecto a los automóviles, que “tienen un maletero tan pequeño que los agentes se ven obligados a llevar parte del material necesario para el ejercicio de su función suelto en las plazas traseras”. 

Además, los 325 kilómetros escasos de autonomía también levantaron ampollas, ya que, según advirtieron, “es una distancia ridícula para llevar a cabo la labor de la Agrupación que a diario en cada turno puede perfectamente superar e incluso duplicar esa distancia. Es decir, que estarán obligados a parar a recargar en mitad de cada turno”.

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