Si hace poco se ha contratado una póliza de seguro para un vehículo, lo más probable es que en la documentación aparezca el término valor venal. Se trata de un término común en el lenguaje de las aseguradoras y muchos probablemente lo oigan a raíz de las graves inundaciones de Valencia, que han arrastrado centenares de vehículos y los han dejado inservibles.
Si no se conoce el significado de este concepto, en caso de que el coche se vea involucrado en algún accidente, la sorpresa puede ser mayúscula a la hora de reclamar a la compañía de seguros. Y es que muchas de sus coberturas (como el robo o el accidente) se basan en el valor venal del vehículo. En el caso de las consecuencias de la dana, entra en juego el Consorcio de Compensación de Seguros, pero la importancia de este concepto es la misma.
¿Qué se entiende por valor venal?
Entender este concepto no deja de ser relativamente sencillo. Se trata del valor que tiene el coche para una aseguradora en caso de que sufra un accidente, un robo o daños; por ejemplo, por un incendio. Y, por supuesto, depende de la marca, el modelo, la antigüedad y los extras que tiene a bordo. Estos deben haberse declarado en la póliza, porque, de lo contrario, no se tienen en cuenta.
Sin embargo, no se tiene en cuenta su kilometraje ni su mantenimiento. Por eso, el valor venal de cada vehículo desciende con el paso de los años.
Valor venal de un coche: ¿quién lo determina?
El valor venal de un coche lo determinan las empresas aseguradoras. Y lo calculan a partir de su valor oficial. ¿Y cuál es este? Es el que establece el Gobierno, y que publica de forma periódica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en forma de lista ordenada por marcas y modelos.
Este importe se basa en las características del vehículo, y es el que sirve de referencia para tasaciones o indemnizaciones.
¿Cómo se calcula entonces el valor venal del vehículo?
La compañía aseguradora toma como base este valor oficial y le aplica un porcentaje reductor en función del año de su primera matriculación. En Hacienda se realiza la tasación de coches también a partir de la fecha de la matrícula.
Para hacerse una idea, con menos de un año, el valor venal es el 100% del valor oficial del modelo. Con más de tres años y hasta cuatro, el valor venal es del 56% del oficial. Con más de seis y hasta siete, es del 34%… y así, sucesivamente.
Por eso, cuanto más antiguo es el coche, más bajo es su valor venal. Este es el motivo por el que a veces, y ante un accidente, la compañía de seguros declara un siniestro total para un vehículo que podría repararse y circular perfectamente. Esto ocurre cuando el coste de la reparación supera su valor venal.
¿Y cuál es la diferencia con el valor de mercado?
El valor de mercado de un coche es el valor ‘real’ al que se podría vender en el mercado de ocasión. Y se basa, en parte, en los parámetros anteriores, a los que hay que añadir el análisis del kilometraje y el mantenimiento. Y estos factores pueden sumar o restar, según se haya recorrido más o menos distancia o cuál sea el estado de conservación del modelo (o su historial de reparaciones).
Por lo general, a no ser que el coche esté en muy mal estado, el valor del mercado es muy superior al valor venal.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram