Elegir el color de un coche es algo que puede obedecer a múltiples motivos. Puede ser por una cuestión de gustos, pero también por una económica, si el color de serie no implica un desembolso extra en la compra. Sin embargo, aunque parezca una cuestión baladí, la tonalidad de un automóvil puede estar relacionada con un aspecto clave: la seguridad.
Señalar que un color u otro es más seguro puede parecer algo subjetivo. Por ejemplo, es normal tender a pensar que los tonos más llamativos hacen que un automóvil se vea mejor de noche o en condiciones de baja visibilidad, lo que debería hacer que tuviera menos posibilidades de sufrir un accidente. Pero, al contrario, suelen relacionarse también con una conducción más deportiva y arriesgada.
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Sin embargo, echando mano de la estadística se puede comprobar si hay determinadas tonalidades que son más seguras que otras.
CarVertical ha publicado un estudio en el que, analizando los historiales de los coches comprados en su plataforma en 15 países entre agosto de 2023 y agosto de 2024, ha elaborado una lista con los colores que habían tenido daños y los que no. Es la siguiente:
Según los datos, los coches blancos son los que tienen un menor número de accidentes, suponiendo el 46,3%. Les siguen los automóviles grises, con un 49,2%, y completa el podio el color rojo, con un 53,9%. Esto último puede llamar la atención, puesto que se tiende a pensar que este tono llamativo está relacionado con incidentes e incluso que optar por él supone pagar un seguro más caro.
En el extremo opuesto destaca, para mal, el color marrón, del que el 66,7% de los coches analizados habían sufrido daños de algún tipo. A cierta distancia están tanto los amarillos (58,6%), que prácticamente han desaparecido en los últimos 20 años; y los negros (57,9%).
No hay una explicación que determine a ciencia cierta el por qué de que unos coches tienden a sufrir más accidentes que otros. Se pueden elaborar conjeturas, como que un tono marrón se vea menos y en épocas otoñales se confunda con el paisaje, así como que el amarillo es un color más habitual en coches deportivos que animen más a una conducción arriesgada, pero no hay nada determinante.
La importancia de la pintura al comprar un coche de segunda mano
Sí que sirve de indicativo tener en cuenta el color del coche a la hora de adquirir un vehículo de segunda mano. De hecho, es habitual que se pinte la carrocería para ocultar desperfectos, por lo que ante una transacción de este tipo conviene comprobar que el color que luce el automóvil coincida con el que tiene registrado, para saber si es su original.
Además, es muy útil contar con un medidor de espesura, una herramienta que mide el grosor de la pintura en la carrocería, allá por donde se pase. Si mide un espesor más alto de lo normal, indicará que esa zona se ha pintado más de una vez y que, probablemente, haya sufrido un golpe en la zona.
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