Alerta amarilla de la Aemet por niebla: cuatro trucos de la DGT para conducir sin miedo

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido tres nuevas alertas amarillas: una de ellas avisa sobre la presencia de niebla espesa que puede limitar la visibilidad en unos 200 metros. La comunidad autónoma afectada es Extremadura, pero nunca está de más saber algunos métodos para circular sin miedo en este escenario.

Explica la Dirección General de Tráfico (DGT) que conducir con niebla es muy complicado por dos razones: la visibilidad y la adherencia se reducen notablemente. Por ello, es fundamental adecuar la conducción.

Si un conductor se encuentra con un banco de niebla, hay varias reglas que debe tener presente.

Encender las luces antiniebla

Puede parecer lógico, pero hay conductores que creen que las largas son igual de efectivas. No es así: el haz rebotará en el banco de niebla y deslumbra­rá a la persona que esté al volante.

Hay que activar, por lo tanto, las luces antiniebla. Normalmente, los coches llevan dos faros antiniebla delanteros de luz blanca y otro trasero de color rojo: este es obligatorio por ley.

Circular sin ellas cuando ha disminuido la visibilidad se considera una infracción grave, que se castiga con una multa de 200 euros sin pérdida de puntos. El caso contrario, usar las luces antiniebla cuando no es necesario, se considera una leve: hasta 100 euros de sanción.

Reducir mucho la velocidad

Con niebla, la velocidad no puede ser la misma que cuando se circula con buena visibilidad y asfalto seco. En este escenario, hay que reducirla bastante hasta sentir la seguridad necesaria para reaccionar a tiempo ante cualquier imprevisto.

Circular siguiendo las marcas longitudinales

A la hora de circular con niebla, un buen truco pasa por fijarse en las mar­cas longitudinales de la carretera para no separarse de ellas. De esta forma, el conductor podrá mantener la trayectoria del coche sin problemas.

No pararse en un arcén

Según la DGT, pararse en el arcén con niebla cerrada puede ser una idea nefasta por el peligro que entraña. Si hay que detener el coche por una avería, hay que señalizarlo con una distancia mayor de la habitual. Además, los ocupantes deben salir y situarse al otro lado del guarda­rraíl.