Cómo identificar los airbags falsos, un fraude que puede ser mortal

Cuando estos elementos de seguridad son falsificados, las posibilidades de sufrir lesiones muy graves en caso de accidente aumentan.

airbag falso
Si tras un accidente de tráfico han saltado los airbags, es obligatorio sustituirlos. | Getty

Los airbags necesitan sustituirse cada cierto tiempo o después de saltar en un accidente. Muchos propietarios y concesionarios, ante los altos precios, buscan en internet las opciones más baratas.

Un único airbag cuesta en torno a los 350 euros y la sustitución completa, cerca de 650 euros. Es aquí donde entran en juego los airbags falsos, que se venden como repuestos mucho más económicos, por lo que son atractivos para los compradores.

Así, un precio muy bajo deberá ser la primera señal de alerta. Al final, los airbags cuestan lo que cuestan, por lo que uno falso será fácil de identificar si sale excesivamente económico.

Lo ideal para evitar caer en compras fraudulentas (y peligrosas) es acudir siempre a distribuidores autorizados y reconocidos, tanto físicos como online. Además, los airbags se suelen entregar con embalajes protegidos frente a posibles manipulaciones, por lo que una envoltura con desperfectos debería poner al comprador en alerta sobre la autenticidad del airbag.

Por otro lado, los airbags suelen ir identificados con placas y sellos de seguridad. Es conveniente que no haya ninguna anomalía en estos marcadores, aunque es verdad que los falsificadores cada vez hacen un mejor trabajo copiando estas etiquetas.

Los peligros de los airbags falsos

Los peligros de instalar un airbag falso en el coche son graves. Al activarse como una protección frente a colisiones o accidentes, un mal funcionamiento de los airbags puede provocar consecuencias letales en estos casos. Los airbags falsificados pueden o no activarse nunca, aunque el vehículo sufra un accidente, o activarse cuando no son necesarios, provocando daños y lesiones a los ocupantes del coche, o hacerlo de manera poco efectiva, aumentando el riesgo de heridas motales.

Hace unos meses, en Estados Unidos se abrió una investigación por el uso de airbags falsos en coches de segunda mano. Una de las cinco muertes detectadas fue la de Destiny Byassee, que falleció tras chocar a una velocidad de 46 km/h.

Byassee conducía un Chevrolet Malibu de segunda mano que incorporaba un airbag falsificado. Al colisionar, el dispositivo explotó violentamente, provocándole lesiones mortales. Las autoridades han confirmado que, de no ser por esta bolsa de aire fraudulenta, la joven debería haber salido viva del accidente.

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