Usar la IA para que cada conductor sea mejor piloto, la peculiar idea de esta conocida marca de coches

Si el coche aprende de lo que hace el conductor, puede detectar tendencias e introducir modificaciones para corregir los errores.

Inteligencia artificial
El interior de un Lamborghini.

La inteligencia artificial (IA) ha llegado prácticamente a todos los sectores y el de la automoción no es una excepción. Las marcas la utilizan en el diseño de sus modelos, para simular pruebas y ahorrar costes, para hacer que sus vehículos sean más precisos… pero Lamborghini quiere ir un paso más allá: ¿y si ayudara a mejorar las habilidades de quien se pone al volante?

La peculiar propuesta la ha comentado Rouven Mohr, director técnico de Lamborghini, en una entrevista con The Drive.

“Ya utilizamos IA -no es completamente IA, es una especie de primer paso en el aprendizaje automático- para la gestión del par, que adopta una distribución del par en función de la superficie y del estilo de conducción del conductor. En el futuro, podemos imaginar que, en teoría, el coche incluso podrá reconocer nuestras emociones y adaptará los controles en función de ellas”, señala.

Que un coche pueda leer las emociones del conductor se antoja complicado, pero sí que podría hacerse una idea de su estado de ánimo si analiza cómo está conduciendo en ese momento y lo compara con los datos recopilados hasta entonces.

“Porque si el coche fuera lo suficientemente inteligente como para detectar si quieres divertirte, si se desvía un poco más, teóricamente el algoritmo podría decir: ‘Bueno, este conductor quiere un poco más de ángulo lateral’. Y está gestionando esa rotación del coche de una manera diferente”, añade Mohr.

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La IA para cubrir las carencias del conductor

Lo más interesante, sin embargo, es que la IA, potencialmente, podría encargarse de complementar al conductor. Basándose en el análisis de datos cuando alguien se encuentra al volante, el sistema podría detectar en qué aspectos falla y, en consecuencia, actuar de manera que los corrija, haciendo que el conductor sea mejor piloto.

“Si el algoritmo reconoce en cada curva que, por desgracia, el conductor usa demasiado ángulo de dirección, lo que generará más subviraje. Si tienes un sistema de dirección por cable (steer by wire), el algoritmo aprende. Bueno, ahora no le doy tanto ángulo de dirección al conductor para evitarlo”, explica.

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