Diferencias de precio de unos 4.000 euros. El Mercedes y el BMW en sus versiones básicas diésel con cambio automático y tracción 4×4 cuestan igual: 48.575 y 48.672 euros, respectivamente. El Jaguar y el Audi suben a 52.000 y 52.340 euros, respectivamente. El Q5 tiene un acabado inferior con la misma mecánica por 49.500 euros, pero incluye un equipo de serie limitado y poco acorde con un modelo de este tipo.
El equipo de serie en seguridad no sorprende –seis airbags, ABS, ESP y sensor de presión de ruedas– y cada uno añade algún extra. Salvo el Jaguar, equipan llamada de emergencia ante accidentes y, a excepción del Mercedes, control de descenso. Este tiene a cambio sensor de fatiga, airbag de rodilla y capó antiatropellos, y el F-Pace, alerta de cambio involuntario de carril y reposacabezas activos (también el BMW). El X3 y el Q5 recogen frenada de emergencia en ciudad, y el último, airbags en las puertas traseras.
El equipo de serie es correcto, pero sin alardes. Aparte de los sistemas de seguridad, todos vienen con tracción 4×4, cambio automático accionable en el volante, programas de conducción, start & stop, climatizador bizona, ordenador de viaje, control de velocidad, equipo de música con radio-CD (radio en el Jaguar), conexiones USB y bluetooth, botón de arranque, asiento trasero plegable (40/20/40), sensores de lluvia y faros, retrovisores eléctricos y kit reparapinchazos.
Además, el X3 y el Q5 equipan llantas de aleación de 17 pulgadas (18 los demás) y todos tienen dos años de garantía sin límite de kilómetros, salvo el F-Pace, que ofrece tres, también sin limitación.
El BMW suma los retrovisores con plegado eléctrico, opcionales en los demás, un control de velocidad con frenado automático y faros LED. Pero es el menos completo. El Jaguar y el Audi incluyen sensores traseros de aparcamiento, que deberían ser obligatorios en todos por la limitada visibilidad.
Y el F-Pace, aunque es el único sin barras de techo, añade una pantalla táctil de ocho pulgadas y el equipo de iluminación interior Jaguar Sense. El Mercedes lo compensa con asientos delanteros con reglajes eléctricos parciales, y el Audi va más allá y lleva faros de xenón y navegador.
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