Cada año nuevo ocurre lo mismo: millones de personas elaboran una lista de propósitos para el año que entra, de los cuales solo una ínfima parte llegará a llevarse a cabo. Pero estamos en enero y la intención todavía sigue siendo hacerlos realidad, así que aquí os traemos 7 propósitos de año nuevo que todo conductor debería al menos plantearse.
Aprender a tomar bien las rotondas
Las rotondas son parte esencial de la carretera y elementos indispensables de la circulación, así que ya es hora de aprender a conducir por ellas con propiedad. Nada de salir desde los carriles interiores directamente a la salida que nos conviene: primero hay que colocarse en el carril exterior, lo que facilitará enormemente la circulación y evitará en su gran mayoría cualquier tipo de choque.
Usar los intermitentes
Probablemente todo el mundo que lea esto dirá: “Yo siempre los uso”. Pero basta con coger el coche un día cualquiera para comprobar que no es así. Utilizar los intermitentes no hace daño a nadie, apenas supone molestias y se lo pone muy fácil a los coches que nos rodean para que puedan anticiparse con tiempo a nuestras acciones y así actuar en consecuencia.
Aprender algo de mecánica
No vamos a solucionar las averías importantes de nuestro vehículo, pero sí es cierto que hay muchas tareas de mantenimiento y pequeños arreglos que se pueden llevar a cabo en casa con un poco de tiempo y las herramientas adecuadas (que, además, no son muy caras). El bolsillo lo agradecerá y la satisfacción de tener nuestro coche cuidado no tiene precio.
Conducir de manera más eficiente
Es importante conocer la manera más eficiente de conducir nuestro vehículo y llevarla a la práctica. Por un lado veremos como nuestra economía mejora, ya que descenderá el gasto de combustible y, por otro, haremos un favor al medio ambiente.
Plantearse saltar a las mecánicas electrificadas
Para esto hace falta, además de intención, dinero para poder acometer la compra. Híbridos, híbridos enchufables y eléctricos van ganado peso en el mercado, y según el uso que les demos pueden suponer ahorro en cuanto a combustible y, además de las ventajas fiscales, tienen beneficios en las grandes ciudades.
No usar el móvil
Basta con pararse en un semáforo y mirar alrededor: el conductor vecino estará consultando el móvil, hablando o escribiendo un mensaje. Cada vez más común, cada vez más peligroso, como recordaba la última campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT). No estaría de más dejar de lado el teléfono cuando estemos al volante.
Ser prudente y cumplir el código de circulación
Un ligero examen de conciencia por parte de los conductores tendrá un resultado desolador: la inmensa mayoría incumple en mayor o menor medida el código de circulación. Este es uno de los propósitos que deberíamos plantearnos todos: nada de acelerar con el semáforo en ámbar, saltarse un stop o correr más de la cuenta.
Ser mejores conductores
Y no lo decimos como mera intención: nos referimos tomar clases para mejorar nuestra habilidad al volante. Muchas autoescuelas y empresas especializadas imparten cursos de conducción de toda índole y nivel que sirven para estar más preparados ante situaciones inesperadas o peligrosas, y cuyas enseñanzas nos pueden salvar en algún aprieto.
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