El Jaguar F-Type fue en su día un lanzamiento exitoso para la marca británica, presentándose y manteniéndose hasta la actualidad como un digno rival de modelos con mucha tradición, como el Porsche 911. La firma sabe que su fórmula funciona, por lo que ha decidido no arriesgar en exceso y mantenerla casi intacta en su puesta al día, que incluye pequeños cambios aquí y allá, pero sin modificaciones de calado.
Para distinguirlo de la versión anterior hay que fijarse en sus grupos ópticos, tanto delanteros como traseros, que son los elementos que más se han visto alterados.
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Los primeros han adoptado una forma mucho más alargada y se encuentran situados más abajo, mientras que los segundos reinterpretan el formato de los previos, pero con un diseño más anguloso. También varía el paragolpes delantero, con una parrilla considerablemente mayor y sendas tomas de aire laterales.
El habitáculo ha seguido una línea similar, con la incorporación de un cuadro de mandos digital de 12,3 pulgadas y el sistema de infoentretenimiento Touch Pro compatible con Android Auto y Apple CarPlay como principales novedades.
Por lo que respecta al apartado mecánico, lo más reseñable es la eliminación del cambio manual, dejando la caja de cambios automática como única opción para los tres motores disponibles. El de acceso es un 2.0 tetracilíndrico turbo de 300 CV y 400 Nm, con el que el F-Type acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y alcanza los 250 km/h de punta.
Por encima está el 5.0 V8 sobrealimentado que llega a los 450 CV y 580 Nm, marca 4,4 segundos en el 0-100 y tiene una velocidad máxima de 285 km/h. El tope de la gama es el F-Type R, con el mismo motor V8 pero potenciado hasta los 575 CV y 700 Nm, rebajando el tiempo del 0-100 km/h a 3,5 segundos y aumentando la punta a 299.
Ambos V8 tienen una función de arranque silencioso para no molestar a los vecinos y, en el caso del R, además recibe una puesta a punto específica en la suspensión y el chasis.
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