James Bond ha conducido muchos coches en sus películas, pero si hay una marca que se asocia al agente secreto esta es Aston Martin. De entre todos los bólidos de la firma que han pasado por sus manos, seguramente el DB5 de la película Goldfinger sea el más icónico, y ahora el fabricante lo ha devuelto a la vida en forma de serie limitada de solo 25 unidades. Se llama Aston Martin DB5 Goldfinger Continuation y es una réplica exacta del original, recuperado con todo lujo de detalles.
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El vehículo se fabricó entre 1963 y 1965 y salieron de fábrica 900 unidades. Más de 55 años después ha vuelto a la vida gracias a la unión de Aston Martin y EON Productions, la productora de las películas de 007. En la planta del fabricante en Newport Pagnell (unos 85 kilómetros al norte de Londres) han recopilado toda la información necesaria para equipar el automóvil con todos los accesorios del original.
Y la lista de dispositivos funcionales es bastante larga, y entre ellos destacan el sistema de pantalla de humo trasero, el sistema simulado de entrega aceite trasero, las placas de matrícula giratorias triples delanteras y traseras y ametralladoras simuladas dobles en el frontal.
A estos se suman, entre otros, un escudo trasero resistente a las balas, arietes delanteros y traseros, panel del techo sobre el asiento del pasajero extraíble (como extra opcional), teléfono en la puerta del conductor y armas ocultas bajo el asiento con bandeja de almacenamiento.
El cuidado que se ha puesto en su producción ha sido extremo, y es que la marca afirma que se han empleado 4.500 horas en su construcción.
A nivel mecánico, el chasis es de acero templado, la carrocería cuenta con paneles de aluminio y bajo el capó monta un bloque atmosférico 4.0 de seis cilindros en línea. El motor desarrolla 290 CV y se combina con una caja de cambios manual ZF de cinco relaciones y con un sistema de propulsión trasera.
La producción y entrega de las 25 unidades del Aston Martin DB5 Goldfinger Continuation se extenderá hasta la segunda mitad de este año.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.