La presentación del nuevo Audi A8 supuso la llegada de un modelo que ha estrenado muchas tecnologías inéditas en el mundo del automóvil y ahora la marca de los cuatro aros ofrece a sus clientes la oportunidad de disfrutar de todas ellas en un formato más deportivo con el renovado Audi A7 Sportback.
El cupé de cuatro puertas vuelve a hacer del dinamismo su seña de identidad, algo que queda patente desde el primer vistazo. Reconocible fácilmente como un miembro de la familia, adapta la imagen de la marca a su propio estilo: sus proporciones son de lo más atléticas (4.969 x 1.908 x 1.422 mm), numerosos nervios tensan la carrocería, la parrilla Singleframe es más baja y ancha de lo habitual y sus faros (que son láser en la variante más cara) le otorgan una mirada agresiva.
Los bien definidos pasos de rueda acogen llantas de hasta 21 pulgadas y el gran portón trasero está rematado por un alerón que emerge de manera automática al superar los 120 km/h. Además, ofrece opciones de personalización con 15 colores para la carrocería (ocho nuevos) y la posibilidad de instalar el paquete estético S Line.
Al pasar al habitáculo se aprecia que el fabricante ha querido combinar el carácter deportivo del Audi A7 Sportback con grandes dosis de tecnología provenientes del A8. La sensación que transmite es de estar muy bien acabado: incluye una configuración de asientos 2+2 (se puede solicitar una tercera plaza trasera), tapicería mixta o de cuero, funciones de masaje, multitud de apliques y molduras de aluminio y pantallas, muchas pantallas: el cuadro de instrumentos es el Audi Virtual Cockpit de 12,3 pulgadas, cuenta con un Head-Up Display y la consola central está formada por una pantalla superior de 10,1 pulgadas (en caso de equipar el sistema MMI Navegación Plus) y con otra inferior de 8,6.
Que herede toda la dotación del A8 implica tanto sistemas de seguridad como asistentes de conducción. Así, el elemento más destacado del Audi A7 Sportback es el botón AI (por ‘Artificial Intelligence’) que permite el aparcamiento remoto tanto en la calle como en garajes (ambas funciones se implementarán a lo largo de 2018) y que, gracias al empleo de múltiples cámaras, sensores y radares, le otorga un Nivel 3 de conducción autónoma. En total cuenta con 39 sistemas de asistencia que se dividen en tres paquetes: el propio AI, City y Tour.
Todo lo referente a su tren de rodaje es de lo más puntero, pero hay que recalcar la importancia de su sistema eléctrico de 48 V, lo que lo convierte en un mild-hybrid. Este tipo de ‘hibridación suave’, con un alternador asociado al motor, permite la recuperación de energía en las frenadas, entrar en modo start/stop a velocidades inferiores a 22 km/h y circular en modo vela, por inercia, entre los 55 y los 160 km/h, todo ello redundando en un menor consumo de combustible.
A esto hay que sumar el diferencial trasero, el eje trasero direccional opcional, la dirección progresiva que se vuelve más directa cuanto más se gira el volante, los frenos con discos de hasta 400 mm de diámetro y hasta cuatro tipos diferentes de suspensión.
De inicio el Audi A7 Sportback solo se comercializará en una versión, la 55 TFSI, que utiliza un motor 3.0 V6 TFSI turbo de 340 CV y 500 Nm de par máximo, una transmisión automática S Tronic de siete marchas y la tracción integral quattro. Con dicha combinación acelera de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos y alcanza los 250 km/h. Homologa un consumo de 6,8 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 154 g/km.
Ya se han abierto los pedidos del Audi A7 Sportback, pero las primeras unidades no llegarán hasta febrero de 2018. Por el momento solo se conoce su precio en Alemania, donde será de 67.800 euros.
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