Cinco detalles que hacen del Clubman un Mini muy especial

La variante más familiar de la gama se actualiza por completo y aporta soluciones muy interesantes para ganar en polivalencia.

Mini prosigue con la actualización de su gama. Después de tres lustros bajo la batuta del Grupo BMW, la legendaria marca británica se pone al día para intentar seguir siendo el fenómeno comercial que tanto éxito ha tenido durante este tiempo. Ahora es el turno de la carrocería Clubman, la más polivalente y familiar, que llega al mercado español en una horquilla de precios entre 23.800 y 31.900 euros; se trata de un coche completamente nuevo y que se comercializará con seis diferentes motorizaciones de tres o cuatro cilindros: tres de gasolina (102, 136 y 192 CV) y otras tantas diésel (116, 150 y 190 CV), incluyendo la opción de un inédito cambio automático de ocho relaciones.

Pero más allá de los detalles técnicos, el nuevo Clubman aporta interesantes soluciones prácticas que refuerzan esa funcionalidad que buscarán muchos clientes que tan tienen un único coche familiar, aunque siempre respetando cierta exclusividad que caracteriza a una marca como Mini. Éstos son cinco de sus detalles más llamativos:

Carrocería de seis puertas.

El Clubman mide 4,25 metros y sorprende con una carrocería de seis puertas. A las cuatro convencionales (todas ahora con apertura hacia adelante) se unen dos traseras que conforman el portón. Esto último facilita enormemente el acceso al maletero y, como opción, cuenta con un sistema de apertura automática que permite abrir cada una de las hojas al pasar un pie por debajo de su paragolpes posterior.

Antena con indicador de posición.

Este nuevo Mini abandona la tradicional antena de varilla para colocar una de aleta de tiburón (muy habitual en sus primos de BMW), que le queda muy bien y que además disfruta de una segunda función: en su parte superior tiene un pequeño piloto de color rojo, que parpadea al accionar la alarma del vehículo; así sabremos que está operativa y, además, nos facilitará localizar nuestro coche al estacionarlo.

Proyección del logotipo.

Hablamos de una marca de cierta exclusividad y sus clientes valoran detalles que vayan en este sentido, aunque no tengan más función que la ornamental. El nuevo Clubman proyecta desde los retrovisores exteriores, al abrir las puertas con el mando, el logo de Mini en suelo. No sirve para mucho más pero resulta realmente fardón…

Cambio conectado al navegador.

El nuevo cambio automático de ocho marchas (hasta ahora reservado en el grupo a modelos de segmento superior) funciona francamente bien y nos permite un uso secuencial de la palanca. Además, se encuentra conectado con el sistema de navegación, de modo que la programación permite sincronizar sus relaciones con el trazado de la carretera. Es decir, antes de llegar a una curva en la que se estima, por ejemplo, que hay que reducir dos marchas, el cambio dispondrá de esta información y estará preparado para facilitar la tarea.

Máxima conectividad.

Conectividad es uno de los términos de moda en el sector del automóvil y en Mini quieren posicionarse a la vanguardia de estos servicios que hacen la vida más fácil a los automovilistas. Es así como su sistema multimedia (integrado en su clásica y generosa pantalla circular) está preparada para las más variadas funciones: desde la conexión a Spotify a la información sobre el estado del tráfico en tiempo real, pasando por la disponibilidad de aplicaciones de nuestro teléfono inteligente o incluso el manejo remoto de una cámara de video GoPro.

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