Ya no es sólo un buen recurso para las vacaciones. Cada vez más conductores deciden desprenderse de un vehículo en propiedad y optan por alquilar un coche, ya sea a largo plazo o de manera ocasional, que es de lo que vamos a hablar aquí. Porque no utilizan habitualmente el coche o porque buscan ahorrarse los gastos fijos que supone mantenerlos. La oferta es amplísima: varias empresas, multitud de modelos, decenas de tarifas y, sobre todo, la comodidad de tener un coche por unas horas y olvidarse de todo lo demás. Aunque hay que andar con cien ojos… ¿Qué factores hay que tener en cuenta para que un precio aparentemente bajo no termine disparándose? Cogemos la lupa y nos fijamos en la letra pequeña: todo lo que hay que saber para que, cuando alquiles un coche, no te salga más caro el arroz que el pollo.
1. ¿QUIÉN PUEDE CONDUCIR EL COCHE?
No basta con que el resto de ocupantes tengan el carné. Puede ser que el contrato firmado únicamente permita que el titular sea quien lleve el coche. Y esto puede acarrear serios problemas si, por ejemplo, hay algún percance y el que va al volante no es quien contrató el servicio. Y no sirve con que digan: “Sí, claro, puede llevarlo cualquiera de los dos ocupantes”. Probablemente, ese permiso lleve aparejado un sobrecoste, y será decisión nuestra asumirlo o no.
2. ¿CÓMO QUE UN PLUS POR KILOMETRAJE?
Otra fuente de sorpresas desagradables al alquilar un coche. Es fundamental conocer la política de kilometraje de la tarifa que suscribamos. Existen ofertas sin límite de kilómetros pero, en otras ocasiones, el contrato permite recorrer un número determinado y aplica un sobrecoste por kilómetro extra recorrido. Si ese límite se va a rebasar con creces, conviene echar cuentas antes de firmar.
3. ¿QUÉ HAY DEL DEPÓSITO?
Lo más habitual será que la empresa de alquiler entregue el coche con el depósito lleno y sea obligatorio devolverlo en las mismas condiciones. Por eso habrá que asegurarse de los niveles antes de arrancar y preguntar expresamente cómo hay que entregarlo. Y otro consejo: guarda el ticket de la gasolinera, donde quedará reflejados la hora del repostaje y los litros pagados. Así, no podrán decir que no se ha devuelto tal y como se exige. Y mismo consejo para el horario de entrega: si hay que dejarlo en un garaje, guarda el ticket donde figure el momento exacto de entrada. De esta forma, tampoco podrán acusarte de dejarlo fuera de horario.
4. ¿DÓNDE LO COJO Y DÓNDE LO DEJO?
Las franquicias de alquiler de coches suelen tener varios centros incluso en la misma ciudad, y por eso hay que preguntar dónde hay que devolverlo exactamente. Pudiera parecer que con dejarlo en cualquier garaje de la misma franquicia es suficiente, pero no siempre es así. Algunas realizan un cargo adicional por no devolverlo en el mismo lugar donde fue recogido, aduciendo que son ellas los que tienen que “llevarlo a su sitio”. Lo de siempre: preguntar, preguntar y preguntar.
5. ¿HAY RAYONES, RETROVISORES ROTOS, ABOLLADURAS…?
“Bueno, para eso está el seguro”. Pero a veces no. Todo dependerá del que hayamos suscrito. Normalmente, las tarifas más bajas cuentan con un seguro básico que únicamente asume lo estrictamente obligatorio. Por eso conviene saber con qué cobertura contamos al alquilar un coche para no llevarnos sorpresas ante cualquier problema, aunque no sea culpa nuestra.
6. ¿TARJETA DE CRÉDITO, DE DÉBITO O EN METÁLICO?
Habitualmente, será necesario contar con lo primero para alquilar un coche. Muchas compañías no ceden sus vehículos si el cliente no facilita una tarjeta de crédito. Otras cargan una cantidad que puede superar las cuatro cifras de fianza si se presenta una de débito. Y ese dinero, además, pueden usarlo si hay cualquier contratiempo sin necesidad de preguntarte.
7. ¿HE REVISADO TODO BIEN?
Revisa todo bien antes de sentarte. Porque lo mismo te subes y no te has dado cuenta de que la puerta trasera izquierda tiene un bollo. Y luego demuestra que no se lo has hecho tú. Lo mejor es dedicar unos minutos a inspeccionar bien el coche, tanto por dentro como por fuera, e informar a la compañía si encontramos algún desperfecto, pidiendo incluso que nos cambien el vehículo.
Y sobre todo y siempre, no te quede con ninguna duda ni des nada por sentado. Más vale pasarse de pesado y acribillar a preguntas al comercial antes de estampar nuestra firma en ningún contrato. Porque tal vez los 99,99 euros prometidos terminen multiplicándose por diez.
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