Ser o no ser residente, por un lado, y tener o no tener un vehículo con etiqueta ambiental Cero, ECO, C o B (y hasta sin etiqueta), por otro, determina por qué calles del centro de Madrid se puede circular y aparcar, especialmente en las 480 hectáreas que forman parte de ‘Madrid Central’. Esta gran zona de movilidad restringida ha servido de caldo de cultivo de polémicas, pero también puede verse como un sistema experimental que pueden aplicar después otras muchas ciudades con problemas de tráfico similares.
El 30 de noviembre de 2018 entraron en vigor las normas de esta extensa área de bajas emisiones y, un año después, para muchos conductores todavía es un pequeño galimatías que o bien les disuade de adentrarse en ella o bien les acarrea una multa por desconocer las restricciones a la circulación de vehículos que implica. El retraso en implantar el sistema que informa en tiempo real de la ocupación de los estacionamientos subterráneos no ha ayudado; el cambio de color político en el Consistorio, tampoco.
Más información
El pasado 1 de julio Madrid Central quedó en suspenso cuando el nuevo equipo de Gobierno municipal decidió dejar de multar a quienes ya no tenían derecho a circular libremente al otro lado de la doble línea roja que delimita la zona vedada, fundamentalmente los no residentes con vehículos sin etiqueta medioambiental, salvo que fueran invitados por comerciantes o residentes, y los no residentes con vehículos marcados con la B o la C salvo para estacionar, si no contaban con invitación, en aparcamientos públicos, privados o reservados. Todos volvían a ser iguales a ojos de las 115 cámaras instaladas en los puntos de acceso y de salida de la almendra central.
Es cierto que la moratoria poselectoral duró apenas una semana (por decisión judicial), pero la incertidumbre sobre el futuro de este espacio de bajas emisiones se ha mantenido, así como las dudas sobre su funcionamiento.
Conductores “descolocados”
Para Verónica Bartual, gerente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Preciados, Carmen, Sol y adyacentes (Apreca), una de las que representan a los 9.000 comerciantes de la zona, hubo un problema de inicio que podría explicar la confusión que tienen algunos conductores: “La campaña de información no fue neutra sino disuasoria en cuanto al uso del coche. Yo lo noté en el parking de El Carmen, de repente se quedó medio vacío. Conozco casos de gente con etiqueta que pensaban que aun así ya no podían entrar”.
Desde ARAG, compañía especializada en defensa jurídica, detectan “un auge” en las sanciones por acceder a Madrid Central sin autorización, sancionadas con 90 euros. “Nos encontramos con una elevada incidencia en nuestro día a día; desde abril hasta la fecha se han recibido en nuestro departamento decenas de sanciones por esta causa”.
Quienes reciben las peticiones de recurso describen a unos usuarios “bastante descolocados” que además “en su amplia mayoría, se quejan de no haber sido informados de forma clara y efectiva sobre dichas restricciones, lo que ha implicado que sean numerosos los casos en los que los asegurados están recibiendo multitud de sanciones consecutivas por acceder a Madrid Central”.
El problema es que algunos conductores “entienden que por el mero hecho de tener distintivo ambiental de la DGT ya están autorizado a acceder a la zona restringida y circular libremente, cuando esto no es necesariamente así”; de hecho, solo en el caso de que el vehículo lleve una etiqueta ECO o Cero, “y otros solamente pueden acceder para estacionar en un parking adscrito al sistema Madrid Central”, en concreto los que tienen distintivo B o C.
“A esto hay que añadir las confusiones con las autorizaciones de acceso a las Áreas de Prioridad Residencial (APR) preexistentes”. Un cambio en la normativa obligaba a sus titulares a renovar el registro de matrículas a partir del pasado 30 de junio, pero no se les avisó de forma individual, por lo que miles de vehículos han sido multados.
“De gestiones efectuadas en el Ayuntamiento se constata que la propia administración está un tanto desbordada por esta cuestión y se desconoce si se verán en la necesidad de adoptar alguna medida específica para afrontar la avalancha de reclamaciones que se les está planteando”, aseguran desde ARAG.
En el caso de Apreca, la tramitación de los 20 pases o invitaciones para cada uno de sus asociados no ha supuesto mayores problemas –a excepción de los fallos de conexión iniciales–, porque “ya estábamos acostumbrados a gestionar los permisos para las APR”, reconoce Bartual. Eso no quiere decir que estén satisfechos con el sistema actual.
“Hay que concienciar a la que gente para que opte, siempre que sea posible, por el transporte público”, opina, pero quieren que al mismo tiempo “no se perjudique al comercio” de este gran centro comercial urbano en el corazón de la ciudad. De ahí que pidan más flexibilidad: entre otras cosas, que los titulares de los comercios vuelvan a tener pases permanentes (como un vecino más) y que se retrase la prohibición total de acceso a los vehículos sin distintivo (ahora podían con invitación), a partir del próximo 1 de enero.
¿Derogar o modificar?
Algunas de sus reivindicaciones ya se contemplan en Madrid 360, el plan del actual Consistorio para luchar contra la contaminación del aire que no derogará el que está en vigor desde hace un año, pero sí lo modificará, aunque no antes del segundo semestre de 2020 debido al trámite administrativo que requiere. Desde el Ayuntamiento se plantean cambios como permitir a los vehículos con distintivo C circular libremente por el área de bajas emisiones de la capital si transportan, al menos, a dos ocupantes.
De momento y de cara a las Navidades, volverá a aplicarse en la Gran Vía una de las medidas extraordinarias del año pasado: no podrán entrar los vehículos de más de 3.500 kilos de Masa Máxima Autorizada (MMA); en cambio, este año no habrá restricciones añadidas para los no residentes.
Otra novedad es que ya se han instalado las prometidas pantallas informativas sobre el nivel de ocupación de los parkings del centro; son 17 y se actualizan cada minuto y medio. El estado de los aparcamientos también se podrá consultar en tiempo real en la aplicación municipal Parking Madrid.
Mientras tanto y si no se decreta una moratoria a última hora, los coches y vehículos comerciales de menos de 3.500 kilos de los no residentes sin distintivo ambiental ya no podrán entrar en Madrid Central, ni siquiera con invitación, a partir del 1 de enero.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram