Benditas dashcams. Estas pequeñas cámaras, situadas en el salpicadero o el retrovisor han conseguido convertir a muchos de incrédulos en creyentes. Han conseguido que, ante lo que antes nos hubiéramos reído pensando que era una historia inventada, ahora sepamos que es totalmente posible que haya ocurrido. Para muestra, un botón: una completa compilación de cosas que pueden saltarte al parabrisas mientras conduces.
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