El robo de vehículos es uno de esos grandes problemas que no conoce las fronteras, aunque hay lugares en los que se ha convertido en un tema serio. Razón por la que las autoridades se esfuerzan en buscar métodos con los que detener a los delincuentes sin poner en peligro al resto y a sí mismos.
El objetivo de estas nuevas fórmulas pasa, precisamente, por intentar reducir las persecuciones a alta velocidad por el riesgo que implican: no en vano, en algunos casos pueden llegar a ser mortales. En estas situaciones no sólo está en peligro el sospechoso, también los policías y el resto de los conductores.
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A las tradicionales formas de frenar a un posible delincuente (como las bandas de clavos) se unen otras más modernas. Los agentes de Nueva Jersey (Nueva York, Estados Unidos), por ejemplo, disponen de una aplicación para colaborar y rastrear vehículos robados en tiempo real. De esta manera, en lugar de tardar días, pueden identificar un vehículo sospechoso en una hora o menos.
Otra fórmula por la que han apostado en Nueva York son los Apple AirTags. La citada ciudad regaló 500 unidades a conductores que tenían un Kia o un Hyundai. Fueron ellos las víctimas del reto ‘Kia Boyz’, que mostraba cómo robar coches de esta marca con un cable USB.
Con estos dispositivos es posible localizar los vehículos que han sido robados. También emplean lectores automáticos de matrículas que pueden avisar a un agente sobre un vehículo robado. A estos métodos han sumado dos más: dardos y atascos provocados.
Estas tácticas son, aún, muy nuevas para demostrar su nivel de efectividad a la hora de reducir el robo de vehículos y aumentar la seguridad. No obstante, la Policía de Nueva York y Nueva Jersey, igual que los delincuentes, se están adaptando a los nuevos tiempos. Y podrían servir de ejemplo a otras ciudades.
Dardos y atascos, los nuevos métodos antirrobo
Un par de departamentos de la Policía de Nueva York están empleando el sistema Starchase. Son unas pistolas cargadas con dardos GPS, que los agentes pueden disparar en estático o desde el coche patrulla durante una persecución. Estos proyectiles alcanzan una velocidad de hasta 48 km/h y se adhieren al vehículo mediante un pegamento que se activa con calor.
Se trata de limitar el riesgo para el resto de los conductores: tanto con los dardos como con el plan de mitigación, que consiste en crear un atasco reduciendo la velocidad del tráfico para que la policía pueda bloquear el vehículo que están buscando.
Para ello, cortan determinadas calles, cierran algunas partes de las carreteras, así como sus accesos, hacen lo mismo con los puentes… hasta que consiguen minimizar el ritmo de los vehículos e, incluso, detenerlos.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.