El Pleno del Congreso votará esta semana la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista para reducir el límite de la tasa máxima de alcohol permitida a todos los conductores de vehículos, motorizados y no motorizados, a 0,2 g/l en sangre y 0,1 mg/l en aire espirado.
Para el Grupo Socialista, se trata de una medida “urgente para evitar más pérdidas irreparables” y que será debatida en el Pleno de la Cámara Baja. Hace unas semanas, el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya se mostraba partidario de esta iniciativa, al entender que la “sociedad española está madura” para aceptar este cambio.
Por su parte, el portavoz de Seguridad Vial y diputado por Ávila, Manuel Arribas, defiende que “el alcohol sigue siendo un grave peligro en las carreteras españolas, ya que, en 2023, estuvo presente en el 29% de los accidentes mortales”. “Los límites actuales de alcohol permitidos no han cambiado en 35 años”, apostilla.
Además, el diputado y ponente de la iniciativa hace hincapié en que “un conductor ebrio no solo rompe las normas, rompe familias, destruye sueños y apaga vidas”. “Cada accidente por alcohol es una tragedia que nunca debería haber ocurrido. No podemos permitir más despedidas injustas. Solo 0,0 tiene cero consecuencias”, zanja.
En la iniciativa, a la que ha tenido acceso Europa Press, los socialistas argumentan que el consumo de alcohol supone “uno de los principales factores de riesgo durante la conducción de vehículos” y, aunque se han producido «enormes avances en la concienciación”, un 32,7% de los conductores fallecidos en 2023 presentaba una tasa de alcoholemia positiva, según el último informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con datos de una muestra de 862 conductores.
La tasa actual de alcoholemia en España
“El alcohol afecta de manera importante a las capacidades psicofísicas y los comportamientos: tiempo de reacción, visión, percepción, coordinación, comisión de infracciones, aumento de las distracciones, la somnolencia y la fatiga, etc., aparte de disminuir gravemente la percepción del riesgo y alterar la toma de decisiones”, ha destacado el PSOE.
Asimismo, los socialistas sostienen que “las investigaciones dejan claro» que a partir de 0,3 g/l y, especialmente, hasta 0,5 g/l –tasas actuales en España– el riesgo de accidente se puede multiplicar por dos o incluso por tres. “Hay motivos científicos para defender una reducción de la tasa de alcoholemia de forma generalizada y para todos los conductores de 0,5 g/l a 0,2 g/l. Pero, además, esta reducción redundaría en una mayor eficacia”, añaden.
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Creen que esta medida permitiría “superar la idea extendida de que un consumo moderado es aceptable y está permitido y solo los excesos están prohibidos”. “Los mensajes sobre el consumo de alcohol y la conducción deben ser claros y contundentes para el ciudadano conductor”, subrayan, para después agregar que una tasa de 0,2 g/l supondría, “en términos prácticos, llevar a la norma la regla de que solo un consumo cero es seguro”.
En segundo lugar, defienden la modificación por “razones de coherencia” con las campañas de comunicación y sensibilización promovidas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que ya en el año 2007 decía que La única tasa segura es 0,0 y en la campaña de verano del 2024 avisaba de que Solo cero tiene cero consecuencias.
Por otra parte, el PSOE opina que una misma tasa para todos los conductores, independientemente del tipo o antigüedad de su permiso, “eliminaría los problemas de comunicación y confusión que supone tener normas diferenciadas para conductores noveles y profesionales”.
El ejemplo de Suecia y Noruega
Finalmente, los socialistas ponen de relieve que en países como Suecia y Noruega, “líderes mundiales en seguridad vial”, la tasa es 0,2 g/l. “Un cambio normativo como este tendría un importante apoyo ciudadano, ya que según la encuesta europea ESRAS, realizada en 29 países, el 72,3% de los españoles manifiestan un nivel de apoyo alto de una tasa de cero (el valor medio en Europa era del 65,8%) y hay una petición expresa en este sentido por parte de distintas organizaciones sociales y científicas de nuestro país”, concluyen.
Hace pocas semanas el ministro anunciaba que su departamento impulsará una reforma legal para bajar la tasa de alcohol en sangre hasta 0,2 gramos por litro para todos los conductores y hasta 0,10 miligramos de aire espirado, al entender que la “sociedad española está madura” para aceptar este cambio y reducir aún más la siniestralidad en las carreteras.
Durante una jornada organizada por la DGT y la consultora PONS Mobility, para abordar los retos legislativos de la figura del derecho de repetición y su impacto sobre la seguridad vial, Pere Navarro aseguraba que solo han recibido “críticas” por no bajarla a 0,0 g/l, algo que descartó porque la Comisión Europea, en un informe de diciembre de 2022, “recomienda 0,2 g/l” ya que es “equivalente a tolerancia cero”.
“La idea que tenemos es que igual que para velocidad y los radares ponemos un margen de error, sería prudente poner ese margen”, dijo Pere Navarro.
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