Con los dispositivos de realidad virtual tan en alza, era cuestión de tiempo que ocurriera esto. Que conste que huele a ficción publicitaria a kilómetros, pero la idea nos parece realmente interesante: conducir un coche de verdad es un espacio abierto mientras llevas puestas unas gafas tipo Oculus Rift. El resultado de lo que podría resultar, en el vídeo.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram