Hablar de variante de acceso en un sedán deportivo de superlujo puede sonar algo contradictorio, pero cuando el Bentley Continental GT es un modelo que utiliza de serie un motor W12 de 635 CV, que añada a su gama un bloque V8 parece bastante más terrenal.
Así, las versiones tanto cupé como descapotable también podrán montar a partir de ahora el propulsor de gasolina 4.0 V8 biturbo, que desarrolla 550 CV de potencia y 770 Nm de par máximo.
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La fuerza se transmite al suelo mediante un sistema de tracción integral inteligente que permite al modelo de techo cerrado acelerar de 0 a 100 km/h en 4 segundos, necesitando una décima más el descapotable para completar el sprint. Su velocidad máxima es de 318 km/h.
No es que el consumo sea una preocupación principal para los compradores de un vehículo de estas características, pero, aunque la compañía no ha desvelado cuánto gasta a los 100 kilómetros, sí que posiciona al V8 como una opción mas eficiente que el V12 (que registra 14,2 l/100km de media). Lo es, según el fabricante, gracias a su sistema start/stop y al programa de desactivación de cilindros que hace que en ocasiones solo funcione con cuatro.
A nivel visual destaca por las dos salidas de escape dobles y por las llantas de 20 pulgadas, aunque los clientes pueden optar por varios diseños de hasta 22. En el habitáculo está presente el lujo habitual: asientos de cuero ajustables en 20 posiciones, sistema de audio de 650 vatios con 10 altavoces, una pantalla táctil de 12,3 pulgadas…
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.