¿Quién dijo que un cortacésped no podía ser divertido? Pues prácticamente todo el mundo, pero ahí estuvo para desmentirlo primero Honda con su Mean Power y ahora Viking con su T6. Éste tiene de cortacésped el nombre, porque sus datos técnicos son más propios de un deportivo: un motor Chevrolet V8 de 414 CV, caja de cambios automática con levas en el volante y neumáticos de competición. El lugar elegido para romper el récord fue un aeropuerto, y vaya si lo consiguió: 215 km/h de velocidad máxima, casi 30 más que su competidor. El mérito es todavía mayor teniendo en cuenta que estaba lloviendo y la pista empapada.
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