A Dacia, como marca de vehículos de corte asequible, se le lleva pidiendo años que desarrolle un ‘pick-up’, un modelo que traslade su filosofía de bajo coste al mundo laboral. Hasta la fecha no ha creado ninguno, pero ha sorprendido con la presentación de una variante de este tipo basada en el nuevo Dacia Duster. La sorpresa ha sido doble, porque el rasgos más importantes de estas camionetas, su caja de carga, tiene un tamaño mucho menor del habitual.
El concepto básico de un pick-up es el de una cabina, normalmente biplaza, pero que puede tener una segunda fila de asientos, tras la que se sitúa un cajón que permite llevar una cantidad de objetos mucho mayor que en un maletero convencional. Sin embargo, el Duster pick-up está muy lejos de los estándares convencionales.
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A grandes rasgos mantiene su estructura hasta el pilar C, punto en el que se corta el techo para dar forma a un cajón que, como no se ha extendido por detrás la carrocería, es bastante pequeño: tiene una longitud de 1,05 metros y una anchura de un metro. Esto hace que los bultos que pueda transportar no sean muy voluminosos, aunque si pueden ser pesados, ya que su capacidad de carga es de 430 kilos.
La parte buena de tener una caja de carga tan compacta es que el interior se mantiene prácticamente intacto en cuanto a espacio, aunque su configuración pasa a ser de cuatro plazas.
Solo para un mercado
Esta conversión de ofrece de fábrica, pero Dacia solo permite combinarla con las motorizaciones superiores de la gama, el microhíbrido 1.2 de 130 CV, que es la opción más destacada porque se combina con el sistema de tracción a las cuatro ruedas; y el híbrido 1.6 de 140 CV, que solo es tracción delantera.
La pega que tiene el Dacia Duster pick-up es que, por el momento, solo está disponible en Rumanía, el mercado local de la marca, y no se ha anunciado que haya planes de lanzarlo en otros países. Allí, su precio de partida es de 25.983 euros, muy por encima de los 17.200 euros que cuesta el Duster convencional, pero es una diferencia que se explica en parte porque no se puede combinar con los motores básicos.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.