Hyundai ha elegido el Salón de Fráncfort 2019 como el escenario para la presentación de la nueva generación del Hyundai i10, que trae consigo cambios importantes en todas sus áreas, desde su diseño a su equipamiento, pasando por una renovada gama de motores que dice adiós al diésel y se conforma exclusivamente con mecánicas de gasolina.
El Hyundai i10 mantiene un tamaño similar, ya que solo aumenta su anchura en 20 milímetros y reduce su altura en la misma calidad. Sin embargo, su imagen ahora es mucho más atractiva, luciendo una parrilla delantera de mayores dimensiones que integra dos pequeños faros, una entrada de aire a lo ancho de todo el paragolpes, unos pasos de rueda muy definidos y un pequeño alerón.
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Su carrocería está disponible hasta en 10 colores, que se pueden combinar con un techo rojo o negro. Esto abre un abanico de personalización importante al que se suman diversos diseños de llantas de hasta 16 pulgadas.
El habitáculo también recibe importantes modificaciones, con un cuadro de instrumentos formado por dos relojes analógicos y una pequeña pantalla, así como con una consola central flotante de 8 pulgadas, táctil, a color y compatible con Android Auto y Apple CarPlay. Se podrá elegir entre una configuración interior de cuatro plazas u otra de cinco, y la capacidad del maletero es de 252 litros.
De serie incluye un amplio equipamiento de seguridad formado por el avisador del límite de velocidad, la alerta de mantenimiento de carril, el asistente de luces largas, el detector de fatiga y el sistema de asistencia para evitar colisiones frontales.
En su lanzamiento solo estará disponible con dos motores de gasolina, un 1.0 MPi tricilíndrico de 67 CV de acceso y un 1.2 MPi tetracilíndrico de 84 CV. Ambos se pueden combinar con una transmisión manual de cinco velocidades o con un cambio manual robotizado de cinco relaciones.
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