El Land Rover Defender volvió al mercado en 2020 y ahora ha sido preparado por Bowler para transformarse en el Bowler Defender Challenge, un vehículo de competición con cuya compra (99.500 libras esterlinas, casi 117.000 euros) se accederá a una copa monomarca con el mismo nombre que se celebrará en 2022 a partir de marzo.
El preparador ha tomado como base el Defender 90 de Land Rover, de carrocería y batalla corta, equipado con el motor Ingenium 2.0 de 300 CV. Ha recibido todas las mejoras necesarias para cumplir con el reglamento de la FIA, tales como la instalación de una jaula antivuelco, y otras adicionales para hacer de él un vehículo todavía más capaz.
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Así, se ha instalado una suspensión específica diseñada en colaboración con Fox, que aumenta la altura libre al suelo en 25 milímetros; monta unas llantas especiales de 18 pulgadas, se ha modificado el frontal para mejorar el flujo del aire, la carrocería se ha reforzado para conseguir una mayor rigidez, se han cambiado las puertas, el alerón trasero tiene iluminación adicional, se han instalado sistemas de protección de incendios e interrupciones eléctricas, y en el habitáculo cuenta con asientos de competición y se ha reubicado la palanca de cambios para obtener una posición óptima en carrera.
El Bowler Defender Challenge nace con una competición homónima bajo el brazo que se celebrará en Reino Unido en 2022. Estará formada por siete pruebas, cuyas pruebas y ubicaciones se desvelarán a finales de año, y participarán 12 equipos, todos con vehículos idénticos entre sí.
El mencionado pago de 99.500 libras incluye el propio coche, la participación en el campeonato, formación, logística y asistencia técnica durante las pruebas. Además, desde el programa, Land Rover desarrollará una gama de accesorios para el Defender que estarán disponibles a finales de año.
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