Maybach es la máxima expresión del lujo dentro de Mercedes-Benz, que siempre se ha plasmado en modelos con carrocería de berlina o, últimamente, en formato SUV. En esta ocasión, sin embargo, la firma se sale de lo establecido y aplica su enfoque a un descapotable de la marca alemana, el Mercedes SL.
El Mercedes-Maybach SL680 Monogram tiene un diseño que resulta reconocible, puesto que combina los rasgos del modelo con las características habituales vistas en otros representantes de la firma.
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Así, la parrilla delantera es específica, cromada y conformada por multitud de lamas verticales. El mismo acabado está presente en los marcos de las entradas de aire del paragolpes, en la aleta dorsal que recorre el capó, que opcionalmente puede lucir un estampado con el logo de la compañía; en las llantas multirradio de 21 pulgadas y en los faldones laterales.
El habitáculo, a grandes rasgos, presenta la misma configuración que en el SL de Mercedes, aunque ha sido modificado para mejorar su calidad y exhibe una característica distintiva: su interior es biplaza, cuando para esta entrega del SL la marca presentó un formato de cuatro asientos.
Así, todo el interior está tapizado en cuero blanco, con un estampado específico y los logos de Maybach en el centro de los respaldos de los asientos; los pedales son de acero inoxidable, el volante es bitono, en negro y blanco; y tanto el cuadro de instrumentos digital como la gran pantalla central vertical tienen animaciones propias.
Monta el mismo motor que el SL63 AMG de acceso. Esto implica que cuenta con un bloque 4.0 V8, que desarrolla una potencia de 585 CV y un par máximo de 800 Nm. Se combina con una caja de cambios automática 9G-Tronic para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos, más lento que el AMG, y alcanzar una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h.
Las entregas del SL680 en los mercados europeos están pensadas para primavera de 2025, pero por el momento no se ha desvelado el precio del vehículo.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.