Que Bugatti es una de las marcas más exclusivas del mundo es algo conocido por todos, pero la marca se encarga de remarcarlo de manera regular lanzando productos que siguen el mismo halo de lujo y distinción de sus coches. El Bugatti Baby II Carbon Edition es el enésimo ejemplo de ello, una variante todavía más especial de su modelo a escala pensado para niños.
La firma ya presentó hace tiempo el Bugatti Baby II, un coche eléctrico pensado para los pequeños de la casa y que es una réplica a escala 3:4 del Bugatti Type 35.
Desarrollado de manera conjunta con Little Car Company, el modelo básico tiene un precio de 36.000 euros, tarifa superior a la de la mayoría de coches compactos del mercado. Esta variante, sin embargo, tiene un coste de 80.000 euros antes de impuestos, lo que lo sitúa ya en el terreno de marcas premium e incluso de deportivos.
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La cuantía es elevada, pero no es el principal factor que hará que no todo el mundo pueda acceder a él: la compañía solo se lo ofrecerá a quienes sean propietarios de un Bugatti Mistral. Bugatti solo va a fabricar 99 y su precio es de 5 millones de euros, así que el dinero no debería ser un problema.
Un Bugatti de juguete con fibra de carbono
Pero ¿qué tiene de especial esta versión? Como deja claro su nombre, uno de sus principales atractivos es el añadido de la fibra de carbono en diversos elementos, tales como la parrilla, el radiador, el salpicadero o el volante. Además, se ha eliminado la rueda de repuesto, lo que le confiere una imagen más estilizada, además de que aligerará algo su peso.
Esto es importante porque se trata de un Bugatti eléctrico con una batería de solo 2,8 kWh de capacidad, así que cualquier ahorro mejorará su rango de acción. Monta un motor de 13,6 CV y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 70 km/h.
Son prestaciones notables si se tiene en cuenta que se trata de un juguete, que en realidad es un objeto de coleccionista. En todo caso, nada tienen que ver con las del modelo junto con el que podrá comprarse: el Mistral monta un motor W16 de ocho litros con cuatro turbos, que desarrolla una potencia de 1.600 CV.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.