Se trata una tapa ubicada, generalmente, en el paragolpes trasero del coche, aunque también en algunos modelos se encuentro en el delantero. ¿Su misión? No es meramente decorativa.
Hay un fondo legal: todos los coches la tienen para cumplir la normativa de la Unión Europea. Pero eso no significa que todos los conductores se hayan percatado de su presencia ni, aún menos, conozcan su utilidad. ¿Qué hay tras esa tapa?
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La tapa ‘invisible’ del paragolpes
Se trata de un elemento que ayuda al traslado del vehículo en caso de emergencia. Dentro de la misteriosa tapa se encuentra un gancho o rosca que suele ser universal. Este accesorio funciona como punto de anclaje para acoplar una argolla (generalmente ubicada en alguna parte del maletero) y remolcar el vehículo.
La pieza forma parte integral del parachoques interno. A diferencia de hoy, antiguamente los coches lucían el gancho por fuera y se divisaba fácilmente. En la actualidad, está escondido por motivos estéticos. Por ejemplo, en un Volkswagen Golf GTI de 1975, el gancho se ve abajo a la derecha.
Actualmente, en algunos automóviles, se encuentra en forma rectangular o bien circular y su tamaño no supera el de una tarjeta de crédito. ¿Cómo abrirla? Solo basta con presionar en el lugar adecuado.
¿Por qué es obligatorio?
En la Unión Europa este punto de anclaje es un requisito para los fabricantes. No ocurre así en otros países, como en Estados Unidos, aunque de igual manera lo llevan muchas marcas. El requisito de la UE se recoge en la normativa 1005 y está en vigor desde noviembre de 2010.
Además, la regulación sostiene que el anclaje del vehículo debe soportar “el equivalente a al menos la mitad de la masa máxima en carga técnicamente admisible del vehículo”.
Y la obligación de llevarlo tiene sentido, pues es especialmente útil para los coches con carrocería baja que no tengan suficiente espacio para engancharlos en alguna parte del chasis. Por lo mismo, con el actual tipo de enganche, se evita dañar el vehículo al transportarlo.
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Otro ‘secreto’ del coche
Este no es el único elemento escondido en los coches. Las puertas, por ejemplo, pueden convertirse en una valiosa fuente de información para, por ejemplo, saber la presión correcta de los neumáticos: un dato que suele figurar en las puertas delanteras. En las traseras, hay una ranura que esconde el mecanismo de seguridad para bloquearlas.
Para encontrar esta función oculta hay que buscar un símbolo en el canto de la puerta trasera: puede ser el dibujo de un candado, el de un niño o la combinación de ambos. Aparecerá junto a un hueco o ranura que permite ajustar el bloqueo de seguridad.
En algunos modelos es una palanca que se debe mover hacia arriba o hacia abajo para bloquear o desbloquearlas. En otros será una cerradura y para manipularla, será necesario tener a mano la llave del coche o una herramienta plana como un destornillador. Bastará con insertar cualquiera de las dos y girarla un cuarto de vuelta hasta escuchar un ‘click’.
Al anular la apertura de las puertas traseras desde el interior, los niños no podrán manipularlas accidentalmente: eso sí, desde fuera siempre será posible abrirlas. Y para desactivar este bloqueo, únicamente habrá que mover la llave en la otra dirección.
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Periodista especializada en marketing digital. Comenzó su carrera en televisión en Chile y de allí dio el salto a la prensa. En Diario As, de Prisa Media, se especializó en SEO, con la creación de contenido estratégico y optimización web, para llegar a Prisa Motor.