En el cine, tanto los superhéroes como los supervillanos suelen vivir en majestuosas mansiones equipadas con túneles secretos. Estas estructuras subterráneas les permiten escapar de amenazas, acceder a escondites seguros o incluso movilizarse sin ser detectados. Desde la Batcueva de Batman hasta los refugios de villanos como Lex Luthor, estos pasadizos son un elemento recurrente en el séptimo arte.
Ahora los superricos también quieren construirse sus propios túneles privados emulando a lo que aparece en las pantallas. El último ha sido Wolfgang Porsche, heredero del imperio automovilístico Porsche y presidente del Consejo de Supervisión de Porsche Automobile Holding SE, que ha emprendido una controvertida reforma en su recién adquirida mansión en Salzburgo, Austria.
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Mejor una línea recta
La propiedad en cuestión es la histórica Villa Paschinger-Schlössl, conocida por haber sido residencia del escritor Stefan Zweig hasta 1934, cuando tuvo que huir de los nazis. Situada en la colina Kapuzinerberg, la villa ofrece vistas panorámicas de la ciudad, pero su acceso se complica debido a una carretera estrecha y sinuosa. Así que, Wolfgang Porsche, ha decidido emular a los protagonistas de las películas de acción.
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Para facilitar el acceso a su residencia, Porsche ha propuesto la construcción de un túnel privado de aproximadamente 500 metros de longitud que conectará un estacionamiento al pie de la colina con un garaje subterráneo en la villa, con capacidad para nueve vehículos. Esta iniciativa busca evitar la carretera actual, que no solo es empinada y llena de curvas, sino que también es frecuentada por turistas y residentes locales como sendero hacia vistas panorámicas de Salzburgo.

Polémica por los privilegios
Aunque Porsche ha obtenido los permisos necesarios para la construcción del túnel, incluyendo un contrato de servidumbre firmado en marzo de 2024 con la ciudad de Salzburgo por un pago único de 40.000 euros, el proyecto ha generado un intenso debate público. Críticos, como Ingeborg Haller, presidenta de la Lista de Ciudadanos Verdes, argumentan que este tipo de proyectos otorgan “un trato especial para los superricos” y cuestionan la transparencia en la concesión de permisos. Haller ha expresado su preocupación por la aparente rapidez con la que el exalcalde Harald Preuner aprobó la servidumbre, sugiriendo posibles irregularidades en el proceso.
Además de las implicaciones sociales y políticas, el proyecto ha suscitado preocupaciones sobre la conservación del patrimonio cultural y natural de la ciudad. El Kapuzinerberg es una zona catalogada como Patrimonio de la Humanidad, y la construcción de un túnel podría alterar su integridad. La villa en sí, con una historia que se remonta al siglo XVII, ha sido testigo de múltiples remodelaciones, y su entorno natural es considerado valioso tanto ecológica como culturalmente.

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