Si algo se le achaca a los SUV es que, apropiándose de la estética de los todoterrenos de antes (aunque suavizándola bastante), a la hora de la verdad muchos no están preparados para salir de la carretera. El Skoda Karoq Scout viene a solucionar ese problema para el todocamino checo, confirmándose como su versión más capaz fuera del asfalto. El principal responsable de esto es la tracción integral a las cuatro ruedas con la que se ofrecerá (de serie) esta versión del modelo.
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Este sistema 4×4 se combina con los tres motores con los que está disponible el SUV, un diésel 2.0 TDI de 150 CV con caja de cambios manual de seis relaciones, aunque opcionalmente puede utilizar una DSG de siete; una versión del mismo bloque con 190 CV de potencia y un gasolina 1.5 TSI de 150 CV. Los dos últimos solo se pueden asociar a la transmisión automática de siete relaciones.
Se distingue del resto de versiones del Skoda Karoq por los logos que luce tras los pasos de rueda delanteros, las protecciones de aluminio extra en los bajos (paragolpes delantero, trasero y faldones laterales) y la posibilidad de montar llantas de aleación de 19 pulgadas con diseño ‘Crater’.
También hay detalles específicos en el interior, como la tapicería negra con costuras de contraste marrón, los logos de la variante bordados, los pedales de aluminio, el volante multifunción de cuero, la iluminación ambiental LED y el cuadro de instrumentos digital Virtual Cockpit.
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